La brisa de Playas Tijuana llega con el vaivén de las olas refrescando el ambiente en la ciudad fronteriza, y aunque el paraje muestre un lado de tranquilidad, es ineludible voltear al vecino del norte para que aparezca ese enrejado oxidado que impide el paso hacia otra nación.
“Aquí es donde rebotan los sueños”, reza el marco de la puerta de fierro cerrada de nuestro lado en “el bordo” de Playas y ante esa negación, de fondo la eterna vigilante Border Patrol impera silenciosamente ante los curiosos.
Es así como Tijuana vive con un muro que siempre ha estado ahí y que ahora amenaza con ser reforzado y ser totalitario de quedar en la presidencia el magnate Donald Trump.
Pero también las políticas bélicas de Hillary Clinton, además de las migratorias que son una alerta constante si es que llegase a ser la primera mujer presidente de Estados Unidos, ya que podría seguir el programa manejado por Barack Obama, quien en su administración ha deportado a más de 2.5 millones de personas.
“Yo creo que en la historia no se había visto unos candidatos que la población en general no los quiere”, dice el artista urbano Alfredo “Libre” Gutiérrez.
“Creo que el que sea el presidente electo (Trump) va a afectar directamente las relaciones tanto culturales como diplomáticas”, comenta por su parte la saxofonista Sharon Martín del Campo.
Si hay algún jinete del apocalipsis que falte, es este señor, el señor Trump, trae una ola y un deseo de odio y de muerte hacia la gente, que es nefasto y desafortunadamente no está solo, mucha gente lo apoya”
Javier Bátiz Guitarrista
Personajes de la vida cultural de Tijuana expresan su descontento ante la democracia presidencial a decidirse en menos de dos semanas, pero la realidad es que en Tijuana, de no tener una binacionalidad, no se puede tener voz en las urnas.
“Es momento de dejar de ser tibios y hacerlo de una manera fuerte, con claridad y organizada, y en ese sentido siento que los líderes hispanos allá lo están haciendo más como el voto del miedo, que ya ha funcionado también en la política mexicana. Como viene el demonio, pues hay que votar por
Hillary”, opina Ángel Norzagaray, dramaturgo sinaloense pero curtido en la Baja.
¿Será una elección histórica? ¿o es más la mediatización y el escándalo entre la candidata demócrata y el excéntrico republicano?¿Podremos los mexicanos salir bien librados de la elección gane quien gane?
Viviendo a la sombra del muro
Empezó como cadena, pero estalló la guerra del Golfo Pérsico en 1990 y tres años después se erigió el amurallado metálico que empieza en la última frontera de Latinoamérica y sigue hasta Tamaulipas.
Pero en 2011 las autoridades estadounidenses decidieron reforzar su seguridad en la playa de Tijuana, adentrándose más en el Océano Pacífico, como queriendo dividir lo indivisible, atreverse a partir el mar.
“Es impresionante ¿no? Ver como se mete al mar, la cárcel se mete al mar. Concebir un muro como una prisión así de seis metros –no sé de qué tamaño la quiere hacer– es impresionante, hacer más evidente el estado que puede llegar a ser”, señala el artista “Libre” Gutiérrez, ante la posibilidad de la construcción de un muro más si es que Trump llegase a la presidencia.
Para Norzagaray el enrejado de acero es cotidianeidad fronteriza.
“Ayer andaba por la cerca fronteriza y me tocó ver, –estaba del otro lado, del lado de Estados Unidos– como una cuestión cotidiana el ver a las parejas platicando, en este caso eran dos hombres platicando con dos mujeres del otro lado a través de la cerca fronteriza es algo muy común y están acostumbrados a vivir así”, dice el dramaturgo.