Hoy 17 de octubre, nuestro país celebra el 63 aniversario de la conquista de la ciudadanía plena de las mujeres, acontecimiento central en la vida democrática del país, porque integró en términos de igualdad política la participación de las y los mexicanos, en la vida institucional de la nación.
En todos los movimientos reivindicadores de México: Independencia, Reforma y Revolución, la presencia de las mujeres ha sido fundamental. Sin embargo, se les escatimó su derecho a la participación política.
Su lucha emergió al calor de la Revolución Mexicana, teniendo como punto de partida el Primer Congreso Feminista de Yucatán, de 1916.
En ese histórico encuentro, las mujeres ahí reunidas, reclamaron igualdad, educación y ciudadanía, para construir de manera corresponsable con los varones, la nueva sociedad mexicana sustentada en el progreso, la democracia, la justicia y la igualdad.
Fue justamente Yucatán en el año 1923, el primer estado en reconocerles el voto a las mujeres. Tres de ellas se eligieron diputadas al congreso estatal: Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche de Ponce y Raquel Dzib, y Rosa Torre G., fue electa como regidora del ayuntamiento de Mérida. Sin embargo, se vieron obligadas a dimitir sus cargos.
En 1937 el Presidente Lázaro Cárdenas promovió ante el Congreso de la Unión, una reforma que otorgaba plenitud de derechos políticos a las mujeres, misma que fue aprobada por la Cámara de Diputados y el Senado de la República. Lo fue asimismo por la mayoría de las legislaturas de las entidades federativas, sin embargo, su promulgación, declaratoria correspondiente y publicación en el diario oficial, nunca se dieron.
Posteriormente, en 1947, el Presidente Miguel Alemán, promovió la reforma constitucional, mediante la cual las mujeres pudieron ejercer su derecho a participar en los comicios municipales.
Al asumir la presidencia, Adolfo Ruíz Cortines, cumpliendo su promesa de campaña, envió a la Cámara de Diputados la iniciativa para reformar los artículos 34 y 115 constitucionales, promoviendo el sufragio universal para las mujeres.
Finalmente, el 17 de octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial el decreto que reconoció la ciudadanía plena de las mexicanas.
A partir de entonces ha continuado la lucha de las mujeres por participar en la toma de decisiones que involucran a su familia y a la nación. Han incursionado demostrando su capacidad y su derecho de influir en las decisiones políticas sociales, económicas y culturales del país.
Lo hacen ahora, motivadas por la histórica reforma político electoral plasmada en nuestra Constitución, a iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto, que señala en el Artículo 41, la obligación de los partidos políticos, de establecer las reglas para garantizar la paridad entre los géneros, en candidaturas a legisladores federales y locales.
Con la paridad como principio, culmina la lucha de las mexicanas, por el reconocimiento constitucional de su derecho a la representación popular y a la toma de decisiones, pero no es el fin de la historia, sino el inicio de un nuevo ciclo, para seguir construyendo, mujeres y hombres, normas y mecanismos, que garanticen el ejercicio pleno de sus derechos en términos de igualdad.