Alejado del bullicio de la ciudad y sin la ostentación de las grandes cadenas hoteleras, se ubica un íntimo paraíso tropical de veinte hectáreas justo en el punto medio entre Tulum y Playa del Carmen. La belleza natural y cultural del lugar conquistaron a la duquesa italiana Rosa de Ferrari, quien lo adaptara como su refugio personal y construyera una hermosa propiedad, que hoy dota a la Riviera Maya de su verdadera esencia.
La casa cautivó con su diseño y paisajes a Kevin Wendle, un exitoso productor en Fox y empresario tecnológico que la compró y la adaptó como un hotel de lujo de tan sólo 29 habitaciones, dotando de un ambiente personalizado y exclusivo a los huéspedes que se consienten en este hermoso Hotel Esencia, a cargo del joven gerente de operaciones del hotel, el sueco Yurij Gabassi.
Con una inversión de dos millones de dólares para remodelar la propiedad, Yurij y su equipo han trabajado con determinación para implementar nuevos servicios y amenidades. Su atención a los detalles y su hermosura la ha convertido en una joya de Small Luxury Hotels, un grupo al que pertenecen hoteles de lujo independientes. Su autenticidad y refinado lujo se complementa con las obras de arte y colección de mobiliario, referentes a la historia mexicana y con piezas de artistas como Pierre Jeanneret, Le Corbusier, Pierre Guariche y Serge Mouille, por mencionar algunos.
Tan cálida como el clima es la conversación con Yurij, quien habla del carácter equilibrado del hotel, entre la sencillez de la cultura y el toque aristocrático de sus orígenes. Como parte de su compromiso social, en el huerto privado del hotel se cultivan la mayoría de las hierbas y especias que se emplean en la preparación de los platillos, creando así una cocina saludable y tradicionalmente mexicana.
Otras de estas hierbas se utilizan en la producción de jabones de miel y hierbas, además de emplearse en los tratamientos del spa orgánico y sus tratamientos, que le da un carácter y autenticidad únicos al lugar. En su extensión de playa de arena suave se encuentra una zona en la que cada año regresan a anidar las tortugas, que son liberadas por los huéspedes durante la época de crianza.
Yurij se inició en el ambiente hotelero a los trece años como lava platos, por lo que conoce y respeta el valor del trabajo. Es un hombre afable que saluda a sus colaboradores cada mañana, y que se resuelve los retos que implica el manejo de un hotel de gran lujo como Esencia.