En respuesta, la Cancillería identifica a los gestores o aliados que puedan revertir ese estereotipo y acuden a universidades, sociedad civil, comunidades mexicoestadounidenses, sector privado, empresarios de aquel país y mexicanos.
Se trata de un plan en medio del proceso de sucesión presidencial en Estados Unidos y de enfrentar las críticas antinmigrantes. Esta acción se enmarca en una estrategia de tres etapas: diagnóstico -a través de tres encuestas y focus group- de cómo es visto México, los mexicanos y los mexicano-americanos en Estados Unidos; cambio de funcionarios que atienden esta relación, con un perfil enfocado en la promoción, y la reconstrucción de redes de aliados en aquel país.
De manera paralela, dentro del mismo plan y a partir de abril de este año -fecha en que se designó a Carlos Sada como embajador de México en Washington-, se ha intensificado la presencia de funcionarios públicos del gobierno federal en Estados Unidos.
La canciller Claudia Ruiz Massieu ha hecho, de octubre de 2015 a julio de este año, 15 giras y ha sostenido 50 encuentros con actores políticos de alto perfil de las diferentes fuerzas políticas en Estados Unidos y en México.
«Es contar la verdadera historia de México, porque hay una imagen que no corresponde a la realidad, anquilosada. Es promover la imagen actual del país y de los mexicanos», explica el subsecretario para América del Norte, Paulo Carreño King.
Han sido tres mediciones hechas por el gobierno federal: una a finales de 2013, otra en mayo de 2015 y una más en diciembre del mismo año, que pretendían hacer un balance de los seis meses del periodo preelectoral en Estados Unidos.
Una más se levantará luego de que asuma la presidencia el ganador de las elecciones del 8 de noviembre, lo que permitirá ver cómo le fue a la estrategia que la Cancillería decidió impulsar desde abril de este año.