«De repente me topo personas que odian a mi bisabuelo a muerte, sobre todo por lo del general Pancho Villa, pero también otras que conocen de su apoyo a la Constitución, La Ley Federal del Trabajo, y el impulso a la ganadería en todos sus programas; pero en fin, me da orgullo llevar por nombre Álvaro Obregón y realizar esta obra de reconstrucción del Museo de Historia de Tijuana».
Arquitecto egresado de la Universidad Iberoamericana del Noroeste, Obregón confiesa que su famoso familiar no le ha significado en muchas ocasiones más que la pregunta recurrente ¿eres algo del general Obregón?, a lo que siempre contesta con un sí y se dispone a escuchar las antípodas de un personaje como lo es el ex presidente de México.
Desde hace una semana Obregón está a cargo de lo que es la primera remodelación y re-estructuración del museo que reúne las piezas más importantes del patrimonio histórico de esta ciudad.
Yo creo que mi bisabuelo es el parteaguas de un México de gavilleros o cosas así y el México moderno, y «tiene muy mala fama porque estuvo en el PNR, que se convirtió en el PRI, organismo político al que culpan de todos los males de nuestro país», afirma.
Hay personas que lo toman muy a pecho, pero yo no, confiesa, y hay personas que me dicen «desde Plutarco Elías Callles nos traen en la desgracia» pero yo lo veo como un ejemplo familiar de tenacidad, que de ser un campesino llegó a ser presidente de México y entonces eso es para mí lo más importante.
Lo tachan de que no era religioso, y de inmediato lo relacionan con la guerra cristera pero no saben que le escribió una carta a mi abuelo donde incluso le pide que vaya a misa, entiendo que como jefe del Estado mexicano tenía que manejar determinados valores y era ante todo un ser político, reflexiona el arquitecto Obregón.
Lo mataron cuando mi abuelo tenía seis años, por lo que la gran parte de su historia la he tenido que investigar yo. He leído muchos artículos pero la mayoría de la información han sido pláticas de familia y cuando se habla de él como el patriarca es literal, y no porque haya sido presidente, sino por el ejemplo que dejó.
De hecho hay una carta muy famosa y a todos los hombres en la familia nos la entregan cuando cumplimos 21 años, y es una carta que le escribió a su hijo mayor Humberto; y esta es la imagen que nosotros tenemos de él en esta familia.
Mi abuelo es el segundo hijo del segundo matrimonio de Obregón; porque quedó viudo de primer matrimonio y debo confesar que sí me gusta mi nombre y este es el primer proyecto museográfico en que participamos, indicó.
Tanto para Mariana Rueda, Alan Manríque, y para mí. Nos conocimos en la carrera y entre los tres hacemos un arquitecto muy completo, y cuando nos invitaron a este proyecto de esta magnitud es un premio, aclaró.
Concluyó: «Siento que este proyecto, que respeta el guión museográfico, es dejar un lugar en que la gente se sienta como en casa con toda la riqueza que esto representa».