Detrás de cada gota de vino hay hombres y mujeres que aman lo que hacen, desde la vendimia hasta el envasado… esas manos que toman cada racimo o aquellas que saben qué mezcla exacta de cepas puede hacer explotar de sensaciones el paladar.
Basta que una le pregunte al agricultor, al enólogo, al bebedor acerca de lo que es el vino para que detectar un brillo especial en su mirada, reflejando el exacto entusiasmo de quienes aman lo que hacen. Viven el crecimiento de los frutos como si fuera un embarazo; festejan las vendimias como si fuera un bautizo; incuban los vinos como si fueran sus niños y los entregan orgullos al mundo como si fueran sus hijos.
Llevo décadas detrás de la cultura del vino y aún no me he encontrado a nadie en este mundo plagado de vides que no esté embelesado con lo que hace. ¿Será un imán? ¿Un embrujo? No lo sé… tal vez un poco de cada cosa y mucha profesionalidad.
Es esa energética pasión, ese amor, que saboreamos en los vinos del romántico país de Argentina. Como tango, su baile nacional, sus vinos son fuertes, sensuales y sabrosos.
Consagrando al vino como la bebida nacional, no es de extrañar que Argentina sea el mayor productor de vinos de América Latina, y uno de los principales a nivel mundial, y sin lugar a dudas, de los de mayor venta en nuestro país.
La calidad de sus vinos se deriva de la producción de sus uvas, en viñedos privilegiados con una gran altitud sobre el nivel del mar y el bajo nivel de humedad que estresa a las uvas, obteniendo un sabor concentrado.
Argentina cuentan con un tesoro único muy especial: la variedad de sus uvas. Es esta tierra que crece una variedad única en el mundo llamada Torrontés con sus tres tipos de variedades, el mendocino, el sanjuanino y el riojano.
Las principales regiones productoras son Mendoza y la Rioja, pero la de mayor importancia se ubica en Salta, en la localidad Cafayate, un valle soleado de temperatura moderada, que alberga al Museo de la Vid y el Vino, y cuyos viñedos son los más altos del mundo a más de 2000 msnm, lo que le añade un atractivo más a esta cepa.
Cuando se desea visitar las cumbres y los llanos argentinos, deleitarse con la tibieza de la estepa y refrescarse en los glaciares y en sus cataratas, basta con abrir un vino argentino. Al ser promovidos por Wines of Argentina, tenemos la certeza de probar las mejores uvas de las bodegas más reconocidas, respaldadas por 400 años de tradición vitivinícola.