Othón Téllez, pintor, docente y gestor cultural estuvo de visita en Tijuana para impartir el curso de «Formación de públicos para el arte», organizado por el Centro Estatal de las Artes (CEART) Tijuana.
«Las estructuras de pensamiento de una sociedad cambian cuando estas se convierten en públicos críticos de los productos culturales que produce la sociedad, un ejemplo de ello es Monterrey que después de 30 años de trabajo no solo consume música, danza, artes plásticas, sino la paga y ahora tienen un mercado de arte», comentó a Agencia Fronteriza de Noticias Téllez.
El Premio Nacional de Dibujo 1990 reconoció que las instituciones que se han comprometido en formar públicos primero tienen que detectar el problema de sus públicos, información con la que pueden definir las estrategias para corregirlo, pero hay quién ni se entera que es su responsabilidad, a pesar de que son las primeras que deben asumirlo.
Téllez, quien también fue director de la Escuela Nacional de Pintura La Esmeralda, comentó que los públicos no nacen, los vamos definiendo y llevándolos de ser circunstanciales a profesionales.
Los creadores también son parte de esta estructura, pero en algunos casos han sido cómodos, pasivos, siguen en espera de una beca, pero deben hacer lo propio, dijo, ser un emprendedor cultural.
Indicó que los creadores tienen dos caminos para generar públicos: por un lado las alianzas y por el otro el ser autogestivos, promover empresas culturales.
Puntualizó que la sociedad también tiene un papel importante, pero no va a tomar cartas en el asunto si no formamos público.
«La gente de Tijuana difícilmente sabe que vive en una ciudad intercultural y eso son focos muy importantes de desarrollo. Cada parte de esta interculturalidad debería de voltear a sí misma y ver sus fortalezas, sus distintos valores, sobre todo porque la ciudad está creciendo: que no pase lo de Ciudad de México, que son muchas ciudades en una, todas distintas: en Tijuana todavía pueden buscar un eje rector e identificar sus productos culturales».
Según Téllez, Tijuana da para un «gran festival» donde se pudiera presentar, simultáneamente, diferente tipo de arte, pero debe apoyarse en actividades previas. Afirmó que muchos festivales funcionan porque llega gente por sí misma, pero siempre debemos promover, ir por ellos, subir un escalón y buscar que se profesionalicen.
Para el exdirector del Centro Cultural San Ángel de Ciudad de México, indiscutiblemente hay un problema educativo a nivel nacional, ya que esta cada vez es de menor calidad y solo el modelo de preescolar es el que todavía integra las artes, la ciencia y la tecnología. Hace falta, dijo, que haya en México un eje muy fuerte donde el estudiante tenga una formación profunda en arte e identidad.
«En el sur las prácticas culturales sí tienen público: en Oaxaca la gente prefieren hacer sus compras en los mercados que en los supermercados, en otros ya desapareció. Tijuana tiene mucho contacto con el arte contemporáneo, pero las artesanales y de identidad están muy abandonadas. Estamos perdiendo el gusto en las grandes ciudades por las artesanías, no solo por comprarlas, sino en vestirlas».
Pero el maestro es optimista, su larga trayectoria en el mercado del arte le ha permitido ver muchos cambios, como el que en Baja California existan Centros Estatales de las Artes en cada municipio.
«Por más de 30 años he visto recortes a la cultura, sin embargo la curva de creadores y propuestas artísticas va hacia arriba», concluyó el artista.