Nací arqueólogo sin saberlo. Una cueva remota y oscura confirmó mi vocación. Lo mío sería desenterrar significados. No uso espátula, ni brocha ni remuevo tierra. Escarbo en las profundidades del cerebro, mejor dicho, de los tres cerebros. Creo en el Cortex, en el Sistema Límbico y en el Reptilian Brain, la trilogía de McLean.
Escribir es una forma de ver y por ello también creo en la foto.
Veo cosas y escribo y escarbo. Leo para darme cuenta lo poco que sé de todo. Ser ínfimo motiva; no me creo ni experto ni gurú. Trabajo para las marcas, fundador de Mindcode, transnacional que ayuda a innovar y vender más a partir de entender la conducta del consumidor.
Hago preguntas para encontrar respuestas y después tengo más preguntas. Hay una, sin embargo, que nunca termina, es como un ciclo sin fin, que motiva, reta, a veces lastima: «¿Qué tal si?» Nunca algo tan corto provocó reacciones tan grandes.
Lo mío es caminar en la cueva, encontrar la luz y volver adentro.
Veo cosas, y escribo y escarbo.
Al final espero un epitafio corto: Signifiqué.