Después del Partido… a recoger las pelotas (Las elecciones en Jalisco)

Después de los rigurosos 90 días para hacer la digestión electoral, vale la pena voltear a ver cómo quedaron las cosas. Las elecciones en Jalisco del 2015 están cargadas de un buen manojo de sorpresas y hay que saborearlas. Serán varias entregas de esta colaboración.

Empecemos por el postre:

Lo primero que se distingue fueron tres cosas: la reverenda madriza que les pararon al PRI y al PAN sobretodo en Guadalajara, la patética desaparición de la izquierda, y la insurgencia de los insurgentes: Enrique Alfaro, que no es nuevo, pero que en esta ocasión se “sintió” más su discurso insurrecto, y Pedro Kumamoto, un muchacho de 25 años, sin experiencia en la vida política pero que arrasó en su distrito como candidato independiente, derrotando a la marea naranja que a su vez derrotó al PRI en la entidad y en un distrito que el PAN había dominado durante los 18 años anteriores.

Aun cuando una golondrina no hace verano, el contraste logrado en Guadalajara Municipio, hace que el análisis se disfrute más en el ring de la contienda estelar entre Enrique Alfaro vs Ricardo Villanueva. Aquí las elecciones fueron una competencia entre dos: MC y PRI. El PAN fue borrado del mapa y la izquierda nunca estuvo en la competencia.

El municipio de Guadalajara tiene 981 secciones. Movimiento Ciudadano, triunfó en 949, el 96.8% de ellas. Al PRI apenas le alcanzó para rescatar 32 secciones. Nadie más ganó otra. El mejor resultado del PAN, fue ser segunda fuerza en 44 secciones, todas del distrito XII. Su votación más alta de Guadalajara no alcanzó el 30% de los sufragios en alguna sección. Así las cosas.

Lo que aconteció en las secciones se reflejó también en los resultados. La ONU reconoce que un partido es capaz de competir electoralmente si saca más del 15% de los sufragios en la elección. En esta ocasión, al PAN le fue tan mal como le iba en sus principios como partido de oposición. En las primeras elecciones del siglo XXI, Acción Nacional arañaba los 50’s% de los sufragios en Guadalajara. Para el 2015 se desfondó estrepitosamente al nueve por ciento; casi a la mitad de su desempeño promedio en el Estado en este año.

En Guadalajara metropolitana hay una constancia de votantes: alrededor de los 800 mil cuando hay elección a gobernador, alrededor de 650 mil cuando no. Bajo ese parámetro, el PRI perdió cerca de 13 puntos porcentuales de su promedio en las cinco elecciones anteriores. En esta ocasión cayó al 28%. Nunca en este siglo había sacado menos del 37%.

Separando la votación de MC y sin discutir si es parte de la izquierda o no. Digamos que la izquierda “tradicional” jalisciense encabezada por el PRD da tanta pena que es mejor evaluarla junta y ni así se salva. Peor: la izquierda tapatía, en las seis elecciones del siglo, sumando la votación de los partidos que se consideraron ser de izquierda (nueve: PRD y PT, más Centro Democrático, y Partido Social Demócrata en 2000; México Posible y Fuerza Ciudadana en 2003; Alternativa Socialdemócrata y Campesina en el 2006; Partido Social Demócrata en el 2009, en el 2012 el PT fue con MC y Morena en 2015) no alcanzó nunca el diez por ciento de los votos. Pero el mayor escándalo es que su votación en la capital está muy por debajo de su votación estatal en todos los casos. La izquierda no ha sabido construirse en el municipio capital.

Movimiento Ciudadano, por su parte, antes de Alfaro no alcanzaba el uno por ciento de la votación ni en el estado ni en Guadalajara. Ya con Alfaro en 2012 pegó el brinco al 20% de las votaciones y al triunfo con el 52% en el 2015. El triunfo más amplio en las seis elecciones que van en este siglo. No obstante, para que no alce campanas al vuelo, hay que recordarle que apenas ganó con 20 votos más que con los que ganó Aristóteles en el 2009

En el 2012 se consideraba que la fuerza de Alfaro en aquella ocasión se debía al estímulo que desde el Gobierno le había otorgado Emilio González y los panistas que repudiaban al tronco de Fernando Guzmán. Sin embargo, los resultados del 2015 obligan a replantear el análisis. Los recursos del estado ahora fueron para el contrincante y si bien hubo tránsfugas del PAN en MC, tampoco explican por si solos los resultados tan abrumadores. Casi 25 puntos de diferencia solo pueden ser multifactorialmente explicados.

Después del postre… todo sabe un poco desabrido

A nivel estatal los resultados son menos espectaculares que los que tuvo Guadalajara municipio pero son esencialmente los mismos. PAN, PRI y la entelequia de la izquierda que cohabita en Jalisco fueron duramente castigados. Si tomamos como base las elecciones en los municipios –que son las más cercanas a la población–, el PRI en el 2015 obtuvo apenas el 30% de la votación valida, casi diez puntos menos que su promedio en las cinco elecciones que se han llevado a cabo en lo que va del siglo XXI. Sin embargo, llama la atención la constancia de su 40% en las primeras cinco elecciones con un volumen que no bajó de 850 mil y sufragios en los seis procesos. (Los obsesos pueden comparar las dos gráficas)

En el mismo periodo, el PAN, que dominó al PRI con votaciones por arriba del 40% del 2000 al 2006, cayó a los 30s%, en el 2009 y el 2012 pero para el 2015 se desbarrancó al 17%. Es decir, apenas se mantuvo en la competencia.

El PRD, el PT y Morena, que representan a las izquierdas como tercera fuerza nacional, resultaron acorraladas y al borde de perder el registro como partidos independientes. El PRD, que en algún momento del siglo pasado quiso competir con más del 15% de los sufragios, ahora apenas arañó el cuatro por ciento de la votación en los municipios. Morena rebasó por una décima el dos por ciento, mientras que al PT le falto otra décima para alcanzarlo. En conjunto apenas lograron un ocho por ciento de la votación municipal en el Estado.

Los ganadores fueron los movimientos que desafiaron al sistema político: Los grandes ganadores de las elecciones, no tanto por el número de votos o que alcanzaron o posiciones que ganaron, sino por la manera de irrumpir en el escenario del poder son Enrique Alfaro y Pedro Kumamoto. Así: Alfaro y Kumamoto. No MC o Wikipolítica. Ambos cabezas de movimientos insurgentes.

Antes de que Enrique Alfaro se involucrara con MC, el otrora Partido Convergencia, éste tenía una votación que apenas alcanzaba el 3% de los votos (2009). Para el 2012, ya bautizado como Movimiento Ciudadano, en coalición con el Partido del Trabajo y con Alfaro como Candidato a Gobernador llegaron al 19% de la votación o 615 mil votos en las elecciones a munícipes. No obstante, en las de gobernador pasaron del millón cien mil votos, siendo derrotado por la alianza PRI Verde que obtuvo un millón 300 mil votos, pero sólo cuatro puntos porcentuales de diferencia (MC: 35.14%, PRI-PVEM: 39.61% y PAN: 20.36%).

Los números son significativos: en el 2012 MC registró 112 planillas municipales. En Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco, Tlaquepaque y Puerto Vallarta obtuvieron conjuntamente más de 400 mil votos. En 51 sacaron arriba del 15% de la votación –porcentaje que permite competir electoralmente– y donde se ubicaron Puerto Vallarta y Tlajomulco, que ganaron. Luego siguieron Tlaquepaque, Guadalajara, Zapopan y Tonalá. En otros 46 municipios obtuvieron más del tres por ciento de la votación que ahora les exige para mantener el registro y solo en 15 obtuvieron menos del tres por ciento. En trece no participaron. Los que se han dedicado a construir partido saben del valor que representan esos números.

2015 fue aún más dramático: Los cinco municipios con más votación en el 2012 ahora los ganaron alcanzando en ellos más de 660 mil votos. Gobiernan pocos municipios, pero son los más grandes e importantes; Gobiernan el 73% de la población del estado.

No obstante, la evolución de esa fuerza emergente, MC, no fue un proceso nacional, estuvo constreñida al Estado de Jalisco y soló en torno a la figura de Enrique Alfaro y su equipo cercano. Ellos supieron construir una estructura partidaria importante entre el 2011 y el 2015.

Pedro Kumamoto es un caso especial: Universitario de 25 años con casi nula experiencia política. Sus antecedentes se remontan al 2011, cuando en la Ciudad de México un manojo de muchachos hartos del sistema de Partidos decidió organizar Wikipolítica. Poco más de una docena de chavos en Jalisco, Pedro entre ellos, resolvieron abrir el capítulo local y cuando la reforma política abrió la ventanita de las candidaturas independientes, decidieron ir por una[1].

Como para la recolección de firmas que requerían para su registro no había fondeo institucional, las recabaron de la forma en que sabían cómo hacerlo: construyendo redes de colaboración, con amigos, conocidos y no tan conocidos. WhatsApp Facebook y Twitter calentaron el ambiente y convocaron a eventos específicos. Lograron su meta habiendo empleado sólo 14 mil pesos. Esa fue su primera victoria que difundieron a los cuatro vientos: Se puede hacer política gastando poco dinero. La política se trata de ganar voluntades… y el enojo ciudadano contra los partidos jugó su parte.

El Distrito X donde participó Kumamoto es un distrito de clase media alta, con buen nivel cultural, donde el voto nulo había tenido su mayor expresión tres años atrás. Distrito dominado por el PAN durante los últimos 18 años. Su campaña se concentró en tocar casa por casa, pero también hicieron talleres en parques o jornadas de limpieza de áreas públicas. Su mensaje, con una versión más poética del “sí se puede” setentero: “Los muros (que separan a los representantes de los representados, los que nos mantienen fuera de la toma de decisiones, los que resguardan el interés de pocos y anulan el de muchos) si caen” complementada con propuestas positivas que evocan la “colaboración colectiva que promueven los Wikis, “Ocupemos la ciudad, habitemos la política”, y aderezada de retoques que cepillaron el enojo ciudadano contra los partidos “pongamos a temblar a los partidos”. Fueron claves para aglutinar las voluntades de su distrito.

El Distrito X donde participó Kumamoto tiene 282,680 electores en la lista nominal y 445 casillas. Fueron a votar 152,151 mil ciudadanos, el 53.8% del total. Escasos dos puntos porcentuales más alto que el promedio en la entidad (51.84%). Kumamoto alcanzó el triunfo con 57,447 votos, el 37.8% de la votación. Lo siguió la candidata de MC, con 34,719 votos, el 22.8%. El PRI-Verde lograron 24,885 votos, el 16.4% y el PAN apenas obtuvo 19,582 votos, el 12.9% del total.

Lo que más llama la atención de estos resultados es que Kumamoto venció a la “ola naranja”, que ganó el distrito X Federal y la elección municipal con una amplia ventaja sobre el PRI y sobre el PAN, como lo hizo en casi toda la zona metropolitana. De hecho, como se pudo observar en la gráfica 5, 15 mil votantes que apoyaron a MC para la elección federal, votaron por Kumamoto para diputado local, lo mismo que más de siete mil priistas y casi nueve mil panistas.

[1] Kumamoto, o el día que los jóvenes habitaron la política, Diego Petersen Farah, Nexos en línea, 9 de junio, 2015.