Si estás atravesando por la llamada crisis de la edad media y cada vez sientes más y más lejos los años de tu juventud, los cuales te niegas a aceptar que se han ido para nunca más volver y te aferras a ellos a través de revivir una y otra vez aquellas dinámicas que te hacían sentir de espíritu libre y rebelde… es porque definitivamente estás convertido irremediablemente en un chavorruco.
Solteros, casados o divorciados, los llamados chavorrucos hoy por hoy están convertidos en curiosos ejemplares dignos de ser estudiados a través de la psicología, la sociología y otras ciencias dedicadas a desmenuzar a fondo el comportamiento humano. Y no es porque esta muy sui géneris subespecie masculina recién haya hecho irrupción sobre la faz de la tierra. Nada de eso. Porque la verdad es que aunque el término sea de muy reciente creación, lo cierto es que los chavorrucos están plenamente identificados por allá desde finales de los años cincuenta.
La crisis de la edad media o la chavorruquez, la terminología sinceramente no es como para crear otro tema de debate, porque lo verdaderamente relevante de este fenómeno va más allá de eso, tiene que ver con cómo los hombres, conforme transcurren los años, van dejando de lado (física, psicológica e incluso emocionalmente) y de manera irremediable e irreversible los irrecuperables años de la juventud y aquellas circunstancias que los volvieron tan valiosos para ellos.
Al presentarse esta situación, muchos hombres empiezan a involucrarse en dinámicas que podemos encontrar muy similares a las que se presentan cuando existe el síndrome de Peter Pan: inconformes con la mayoría de sus logros alcanzados (materiales, sociales, profesionales, familiares, etcétera) comienzan a allegarse de circunstancias que les permitan recuperar de alguna manera aquellas cosas que los hacían sentirse jóvenes e inmortales como comprarse una motocicleta o una guitarra eléctrica, adquirir un guardarropa muy para chavitos, asistir a lugares identificados como puntos de reunión para los jóvenes, adquirir gusto por deportes extremos, andar en la fiesta interminable aunque al día siguiente no se puedan ni levantar de la cama y, para aquellos hombres que son divorciados, también puede presentarse el fenómeno de que empiezan a salir con mujeres que bien podrían ser sus hijas o, lo que es peor, ¡coquetear con las amigas de sus hijas!
No tiene nada de malo querer seguir siendo joven, pero es terrible vivir el día a día creyendo que has desperdiciado tu vida y que esto te orille a cambiar tus hábitos y convicciones. Ser 100% genuino, aunque se te esté cayendo el cabello y te haya salido una pancita que ni con gimnasio ni yoga se quiera ir, cuesta demasiado trabajo, sobre todo cuando tu entorno está compuesto de circunstancias artificiales y volátiles.
Obviamente, tener una personalidad poco definida y consolidada también incide poderosamente que un individuo se desestabilice emocionalmente y pierda la perspectiva de quién es y dónde está parado. La frustración y la falta de resiliencia, cuando se combinan, pueden provocar que un individuo pierda el balance y se ubique en posición de hacer el ridículo sin darse cuenta.
Por eso, si piensas que Madonna y Gloria Trevi todavía son cool y están de moda, y te la pasas buscando por todas las tiendas tu modelo favorito de tenis Converse de cuando estabas en la prepa… ¡cuidado!
Y no olviden que todos los sábados los espero en punto de las 23:00 horas en su programa “Exclusivo Para Hombres”, que se transmite por Telefórmula (121 de Cablevision y 121 de Sky).