El dilema está presente desde tiempos ancestrales y el debate en torno a este complejo tema también ha ocupado los pensamientos y las teorías de aquéllos que consideramos “expertos en la materia”. Sin embargo, como cada cabeza es un mundo y en el tema del amor todo aquello que lo envuelve resulta subjetivo, siempre habrá una interrogante que confundirá a los hombres a un grado por demás superlativo: la mujer de tus sueños o la de tu vida… ¿a cuál prefieres?
En serio, amigos, no se trata de una pregunta capciosa cuyo objetivo es enloquecerlos para que vivan por los siglos de los siglos sumidos en la confusión. Sin embargo, es muy importante que, considerando la inteligencia emocional con la que cada de uno de ustedes se maneja, puedan atingente, asertiva e inteligentemente tener la capacidad de que se trata de dos mujeres diferentes que de forma muy complicada en la cotidianeidad se suelen presentar en una sola.
Por lo mismo, aquí cabe que todo caballero se cuestione a sí mismo sobre lo que espera de esa mujer a la que considerará “la elegida” y cuáles serán los atributos y/o cualidades que ésta deberá poseer para cubrir determinadas expectativas, las cuales en la mayoría de los casos son fundamentadas en estereotipos superficiales o poco sólidos y que tienen su razón de ser en conceptos banalmente manejados durante los años de la adolescencia y que se colapsan al llegar a la edad adulta, dejando a su paso mucha confusión y depresión. ¡No exagero!
Muchos hombres, la mayoría, desarrollan en su mente y en su intención determinado tipo de mujer que poco tiene que ver con los aspectos prácticos y tangibles de la vida. Y la culpa de esto se la podemos achacar al machismo con el que fueron educados. Quieren a una mujer hacendosa, buena madre, sumisa y servicial; pero al mismo tiempo también la quieren inteligente (de preferencia con título universitario), físicamente similar a Salma Hayek o Sofía Vergara, que no sea celosa y que en la intimidad sea un huracán de fuerza avasallante que los deje sin aliento cada noche.
Pero (sí, aquí viene el horrible “pero”), ¿qué tan altamente calificado está un hombre para ser el compañero ideal de una mujer con estas características? Y voy más lejos: como hombre, ¿con qué atributos cuentas para estar a la altura de una mujer así? Porque no debemos olvidar que esto del amor, cuando menos en un mundo ideal, debe ser una calle de doble sentido y que el éxito de una relación debe cimentarse en la reciprocidad, la comprensión y el respeto de esa persona a la que hemos elegido como nuestra pareja.
En los sueños y en la vida real los hombres se encontrarán en su camino con todo tipo de mujeres (la madre, la “soyla”, la sensual, la sexy, la elegante y un kilométrico etcétera). Elegir a aquella con la que emprenderán el largo camino de la vida en pareja no es tarea sencilla, pero todos deberán considerar lo que a sus valores y conceptos les viene mejor, pues “lo que buscas es lo que encuentras” y “lo que das es lo que recibes”. ¿No creen?