En la cava de A Fuego Lento de Marquis Reforma Hotel & Spa se puede comer de froma exquisita gran variedad de platillos y encontrar una extensa variedad de vinos internacionales para combinar con alguno de los cortes y hacer un excelente maridaje. Nosotras degustamos varios vino de L.A. Cetto que maridaban a la perfección con los platillos.
Desde 1928, es la vinícola más grande de México, con 85 años de experiencia adquirida por tres generaciones. Don Angelo Cetto en 1928 dio inicio a una de las tradiciones vitivinícolas de mayor trascendencia en México. Con gran fe y convencimiento del terruño bajacaliforniano se dio a la tarea de crear su propia revolución en los vinos de la región. Una casa de origen italiano que ha obtenido reconocimiento no sólo en México, sino también a nivel mundial, L.A. Cetto ha ganado mas de 400 premios en concursos como San Francisco International Wine Competition y Concours Mondial Bruxelles.
Los vinos Cetto, bajo la tutela y dirección de Don Luis Agustín Cetto, dieron paso a una transformación y modernización vertigininosa, de la vitininicultura. Pionero del Valle de Guadalupe, se enfocó en la introducción de variedades de uvas finas, explorando las diversas tierras y climas de toda la región.
Luis Alberto Cetto, representante de la tercera generación de la familia, y el reconocido enólogo de la empresa Camilo Magoni, después de 12 años de investigación y desarrollo, lanzaron al mercado un vino exclusivo, una magnífica selección reservada con el nombre de “Don Luis”, que combina variedades de uva ya conocidas, con otras de nueva presentación en México. Esta nueva línea, cuidadosamente seleccionada, ha sido elaborada especialmente para rendir un homenaje a Don Luis Cetto, como cariñosamente le llaman sus amigos, y es un tributo de admiración y de reconocimiento al esfuerzo de un hombre que ha dedicado 50 años de su vida, con toda sabiduría y experiencia, a hacer buenos vinos en México. “Don Luis Cetto es un tributo al arte de hacer buen vino.
El Marquis Reforma es un lugar obligado de referencia tanto para los habitantes como para los turistas. El edificio se levanta imponente entre los árboles del Paseo, distinguiéndose por su característico cuerpo diáfano de diseño contemporáneo, aunado a la belleza de sus terrazas verdes que lo flanquean.
Desde el amplio lobby y su singular escalera doble que se baña con la luz natural que se filtra a través de los cristales, la belleza de cada una de sus terrazas que inundan de verdor las alturas, la delicada perfección de las esculturas que embellecen los espacios, los acabados finos en mármol, hasta las múltiples plantas y primorosas flores que decoran todos los interiores, evocan una sensación de felicidad y plenitud. La combinación de tonos tierra cálidos con amarillos y verdes, rememoran los colores de la primavera abrazando tiernamente al otoño. Todo el conjunto resulta ser una delicia visual.
A unos pasos del Marquis se encuentran varios lugares representativos de la ciudad, tales como la Torre Mayor, el rascacielos más alto de América Latina; la Puerta de los Leones del bosque de Chapultepec; la Estela de Luz, y la tan emblemática fuente La Flechadora de Estrellas del Norte, cariñosamente conocida como la Diana Cazadora. Para los turistas más intrépidos y que deseen conocer la ciudad desde una perspectiva diferente, deteniéndose en cada lugar que llame su atención, se puede recorrer la avenida en bicicleta en la ciclovía, un carril confinado a este medio de transporte.
En el Spa Marquis se puede elegir entre una gran variedad de masajes y tratamientos para relajar al cuerpo y regresarle su balance energético, además, se puede disfrutar de una burbujeante experiencia en el jacuzzi, o nadar en la alberca cubierta por enormes ventanales de cristal que permiten recibir un cálido beso del sol.