Las aventuras del vino son también aventuras del pensamiento. Jean Francois Revel, en su libro Un festín en palabras (Editorial Tusquets, colección Los 5 sentidos) afirma que lo primero que se observa es que un bebedor de vino, hechizado no puede beber otra cosa. El vino, y el champagne, que es otro vino se asocia al amor y a la falta de amor, a la alegría y al fracaso, preside la amistad, impregna el cultivo del espíritu, los negocios, la guerra y la paz. Inspira. Representa, como lo define Eurípides en las Bacantes, el goce apaciguador.
La más civilizada de las bebidas
Hemingway, se tomaba todo, pero nada era tan importante para él como los vinos de Rioja.
El vino, según Hemingway, la más civilizada de las bebidas, tiene características especiales: varía según el clima, la tierra, el cepaje. Cada vino es único, porque cada cosecha también es única.
El clima y el suelo riojano han determinado las siete variedades de uva con Denominación de Origen Calificada Rioja. La experiencia de viticultores y elaboradores ha permitido realizar una selección natural de aquellas variedades de uva que demostraban mejores cualidades de adaptación a la meteorología y suelos riojanos y que, al mismo tiempo, eran capaces de proporcionar vinos de las más altas calidades.
Las siete variedades autorizadas por el Reglamento de la Denominación de Origen Calificada Rioja son tempranillo, garnacha tinta, mazuelo, graciano, viura, malvasía y garnacha blanca.
Vinos de alta expresión:
En esta DOC han surgido nuevas técnicas de elaboración cuyo producto final se agrupa bajo el nombre de Vinos de Alta Expresión. Su metodología tiene como base la combinación de las técnicas y conocimientos más tradicionales de Rioja con la más avanzada tecnología.
Para su elaboración se utilizan únicamente uvas procedentes de las mejores añadas y de cepas de más de 30 años de vida. El fruto es tratado con el máximo cuidado, la vendimia se realiza de forma manual y se evita someter a la uva a prácticas enológicas que contribuyan a enmascarar sus características propias.
A partir de ahí, cada bodega sigue su propio método de elaboración, que incluye largos periodos de vinificación, estancias variables en barrica dependiendo de lo que el vino demande, según el criterio del elaborador y una fase de redondeo en botella sólo para aquellos vinos que han evolucionado correctamente en la madera. Se consiguen así, vinos de gran estructura que no se ajustan al modelo de indicaciones que sigue la DOCa. Rioja, (no son crianzas ni reserva, estrictamente), pero sobre los que se plasma toda la potencia y el arraigo de la tierra de la que proceden.
Los secretos del vino se esconden detrás de un método de elaboración común que, sin embargo, deja espacios para la creatividad de cada enólogo para conseguir un vino único y diferente de los demás, que mantenga las características comunes de los vinos de Rioja.
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Colette describe el vino como un gran misterio: qué brisa, qué día de sol, que lluvia tardía hace que ese vino de ese año se convierta en un milagro de la tierra. Y compara un encuentro con un vino del Rhone, que prueba por primera vez, con una aventura sensual con un desconocido en la oscuridad.