Contexto
La monogamia (del griego mónos, ‘uno’, y gamos, ‘unión’), en el mundo animal se refiere a la relación de la pareja que mantiene un vínculo sexual exclusivo durante el periodo de reproducción y crianza (de las crías). En los humanos éste es un modelo de relaciones afectivo-sexuales basado en un ideal de exclusividad sexual por un periodo que podría durar toda la vida entre dos personas unidas por un vínculo sancionado por el matrimonio, por la ley o por el derecho consuetudinario. Al practicante o creyente en este modelo de relación se le llama monógamo y, a diferencia de la monogamia, existen otros tipos de relaciones que posibilitan vincular afectiva y sexualmente a más de dos personas a la vez, como la poligamia (sea poliandria o poliginia) y el poliamor, entre otras. Los defensores de la monogamia sostienen que ésta permite contar con una mejor salud sexual, en referencia a las Enfermedades de Trasmisión Sexual (ETS).
FUENTE: wikipedia
Nos guste o no, formamos parte de una sociedad en la que la monogamia, con sus ventajas y desventajas, forma parte de los componentes monolíticos sociales que durante siglos se nos han inculcado, tanto a hombres como a mujeres, para (supuestamente) vivir y convivir con nuestros semejantes.
Sin embargo, en pleno siglo XXI, empiezan a presentarse manifestaciones y comportamientos en los que pareciera que ésta ya no representa el pensamiento y el sentir actual de aquéllos a quienes les gusta vivir en pareja.
¿Es cierto que la monogamia fragmenta a las sociedades y convierte a quienes la practican en seres excluyentes? Probablemente sí. Pero siendo o no una especie de imposición social que nuestros padres nos transmitieron, que nuestros abuelos transmitieron a ellos, que nuestros bisabuelos a su vez se la transmitieron a éstos y que nosotros seguramente se la transmitiremos a nuestros hijos, bien valdría la pena reevaluar si esta decisión que tomamos cada uno de nosotros de ser monógamos es susceptible de cambiar, al igual que nosotros como individuos cambiamos constantemente a lo largo de nuestras vidas.
¿Queremos o debemos ser monógamos? ¿Nos sentimos sofocados ante la imposición de ciertos convencionalismos sociales que hoy por hoy los percibimos caducos y poco apegados a nuestra realidad? Muchas personas, hombres y mujeres por igual, actualmente se muestran reacios a abrazar esa noción de exclusividad que impide de tajo tener vari@s candidat@s con quienes trabar ciertos vínculos emocionales.
En nuestra sociedad, cuando tenemos novi@ o espos@ automáticamente nos vemos obligados a abandonar una condición que hasta cierto punto nos es intrínseca por el simple hecho de que contamos con instintos y que son éstos los que nos permiten sentirnos atraídos hacia aquellos de nuestra especie que son del género opuesto, ya sean uno, cinco, 30 mil ¡millones!
Vivimos en una época en la que el discurso de la monogamia está más apegado a una perspectiva política, económica y social que a la biología y a la genética humana per se. Incluso, los prejuicios nos han orillado a criminalizar otras prácticas (como el poliamor o la poligamia) que, de acuerdo a los conceptos caducos que se nos inculcaron, son contrarias a la “naturaleza” (más bien conveniencia) de la monogamia. Ya lo dijo en alguna ocasión Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis: “Todos somos polígamos reprimidos”.
El pensamiento occidental, al que pertenecemos los mexicanos, nos ha enseñado a ver con muy malos ojos todo aquello que es distinto a lo que adoptamos como práctica social.
Así las cosas, para muchos de nosotros es sumamente fácil condenar y criticar, por ejemplo, que en el mundo hay 47 países (principalmente en África y Asia) en los que la poligamia es permitida por la ley, e incluso, cuentan con marcos legales perfectamente definidos.
La monogamia es, hasta cierto punto, un mito, una construcción social humana producto de las culturas, las creencias y las costumbres. Sin embargo, no es una ley divina y más allá de las hipocresías de la sociedad burguesa y consumista en la que vivimos, cada uno como individuos debemos valorar a nuestra propia conveniencia y la de nuestra pareja qué tipo de roles estamos dispuestos a adoptar y a desempeñar para que nuestras relaciones sean duraderas, pero sobre todo honestas.
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“La monogamia asesina las relaciones”: Cameron Diaz
Recientemente, en abril pasado para ser más exactos, la actriz de ascendencia cubana Cameron Diaz, aprovechando el lanzamiento de su libro The body book, aprovechó cámaras y micrófonos para hacer una declaración que levantó bastante polémica: “La monogamia afecta profundamente a las relaciones. Yo no sé si alguien verdaderamente es monógamo por naturaleza. Todos tenemos los mismos instintos que los animales, pero vivimos en una sociedad que nos obliga a comportarnos de cierta manera. ¿Por qué no tener varios novios o novias?, ¿por qué no tener varias parejas sexuales aun estando casados? Creo que asi podríamos resolver muchos de nuestros problemas”. ¿Cómo la ven?