No te engañes con fantasías que te pueden lastimar
Silvia acababa de recibir una muy buena noticia que la venía esperando con ansias. Estaba muy emocionada, como si fuera una niña de quince enamorada por primera vez. Pero Silvia era una mujer viuda, con tres bellas señoritas, y su enamorado estaba por salir finalmente de la cárcel, por fin iban a poder casarse.
Pedro tuvo que cumplir una larga sentencia por haber estado involucrado en el tráfico de drogas. Pero a Silvia esto no le preocupaba. Según ella Pedro no se drogaba y en la casa se portaba bien. Lo consideraba un hombre agradable, con buenos sentimientos, que la quería mucho y estaba dispuesto a vivir con ella en su casa, ya que él había perdido todo. Para Silvia esto no presentaba un conflicto moral. Al vender drogas dañaba a otras personas pero no a ella. Al salir de la cárcel Pedro no dejó sus viejos hábitos ya que insistía que traficar drogas era la mejor manera de ganar dinero, creía que la última vez que lo detuvieron fue sólo por mala suerte y aseguraba que esta vez tenía un mejor sistema para que no lo pudiesen agarrar.
Las amistades de Silvia estaban preocupadas por ella y le pidieron que pensara bien lo que estaba haciendo, ya que consideraban esta relación como muy peligrosa. Pero ella no lo veía así. Silvia, una mujer trabajadora, que se preocupaba por el bienestar de sus hijas, había estado viuda por muchos años. Sus hijas estaban creciendo y pronto saldrían de la casa. Silvia tenía una vida por delante y la quería compartir con alguien. Pensaba que Pedro no le iba a hacer daño. El trafico de drogas era problema de los otros, no suyo. Para Pedro era sólo «un trabajo», las malas influencias y amistades de Pedro no iban a afectarla ni a ella ni a sus lindas hijas.
Así fue como Pedro y Silvia se casaron. Y así fue como las ingenuas fantasías de Silvia se convirtieron en su mayor pesadilla. Una de sus hijas, encandilada por el dinero que traían las drogas, comenzó a salir con un traficante, empezó a drogarse y dejó sus estudios. Las súplicas de Silvia cayeron en oídos sordos. La muchacha quedó embarazada y dio a luz a un niño con severos problemas neurológicos y deterioro por las drogas. El Servicio de protección de los niños quitó al bebé y se lo entregó a una familia sustituta. Silvia rebalsaba de angustia. Tampoco pasó mucho tiempo hasta que la policía golpeó su puerta y Silvia sintió que se le helaba la sangre. Inspeccionaron toda la casa, la detuvieron y la cuestionaron por largas horas. Silvia lloró en vano…
LA RECETA
Cuidando mi pellejo y cuidando a los demás
INGREDIENTES
- 1 taza de Objetividad
- 2 cucharaditas de Consideración
- 1 taza de Atención fresca
- 1 manojo de Sensatez
- Reflexión según sea necesario
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
MODO DE PREPARACIÓN
Pensar que somos invencibles y que nada nos va a afectar es tan ingenuo como creer que si volteamos la cabeza a un costado y no vemos la realidad, ésta va a desaparecer. Hay que darse cuenta que la persona que trata mal a los demás eventualmente nos va atratar mal a nosotros tambien. Es esencial ver a la persona tal cual es, recordándonos que la apriencia y las lindas palabras pronto se echan a perder. Es importante distinguir lo que es la esencia de la apariencia. Un buen cocinero es aquel que pone atención a su alrededor. Trata de seleccionar los mejores ingredientes para que las recetas de sus vida sean sanas, confortables y positivas. Es aquel que aun cuando le duele aceptar la realidad, reconoce el reto y depura sus ingredientes a pesar del dolor o la incomodidad que esto le cause.
El chef que cuida su cocina no niega ni fantasea. Se sobrepone a su inseguridad y reconoce las mentiras. Escoge cocinar con ingredientes como sensatez, y consideración hacia los demás, logrando que su cocina se llene de ingredientes nutritivos, que sus recetas sirvan como un digno ejemplo y trasciendan como verdaderos valores familiares.