¿Quien no quiere un príncipe azul o una princesa rosa? que sea gentil, bondadoso educado, divertido, millonario y sobretodo que quiera vivir con nosotros y nuestros hijos con gusto. ¿Sera real esta petición? Puede ser que los cuentos románticos que pertenecen al mundo de las películas o de los cuentos infantiles suceda esto, sin embargo una relación solida, nutritiva y real, necesita tener más que bellas fantasías. Es importante tener un claro conocimiento de nosotros mismos, es decir, quienes somos, que podemos aportar y que sería lo mejor para fortalecer nuestro carácter.
La persona que encuentra lo que busca, no tiene más suerte que la que no lo tiene, simplemente, es sincera consigo misma y busca lo que sabe que puede encontrar
No hay nada de malo con desear tener una persona especial y maravillosa, siempre y cuando nosotros mismos estemos aportando exactamente lo mismo.
Una plática entretenida entre amigas
Maribel, una atractiva mujer divorciada tiene con cuatro hijos chicos un tanto mal educados y por lo tanto mal portados. Ella es una mujer con un carácter difícil, demandante e impaciente, sin una carrera, profesión o experiencia en algún trabajo; le comentaba a sus amigas que ya estaba lista para conocer algún buen hombre que pudiera ser marido. La lista de requisitos para este hombre eran: «Un hombre apuesto, millonario y que la adore, que no le importe mantener y aguantar a sus cuatro hijos».
Minerva, una chica intelectual, desaliñada y con un sobrepeso notable, decía que ella solo saldría con un hombre culto, que disfrutara de la buena comida y las largas discusiones de política, que por supuesto fuera muy apuesto y que no le faltará el dinero.
Katia, con matrimonio complicado luchaba por mantener su relación tenia dificultades económicas y muchas veces tenia discusiones fuertes con su esposo. Ella trabajaba duramente para poder pagar las cuentas y por poder educar a sus hijos lo mejor posible.
La plática era amena a pesar de los reproches y los lamentos, Katia escuchaba pacientemente, hasta que se desespero y pregunto a sus amigas: «Y ustedes… ¿que traen a la mesa con tantas exigencias? Deberían de ser más realistas. Estoy escuchando todo lo que sus parejas no les dan, todo lo que ustedes necesitan, todo lo que desean, pero en ningún momento escuché qué lo que ustedes tienen para aportar. Sueñan con el hombre perfecto, pero creo que sería bueno que comenzaran por ver quiénes son ustedes. ¿Acaso son aquella mujer con la cual el hombre de sus sueños quisiera estar? ¿Qué tienen para ofrecer antes de comenzar a exigir?
En esta vida más que saber pedir hay que estar dispuesto a dar, a ofrecer y a poderse comprometer.
La receta
Criterio para pedir
INGREDIENTES
- 1 taza de sinceridad y objetividad; ver la vida como es
- 2 tazas de aceptación; y flexibilidad con los demás
- 2 cucharadas de ojo noble; para juzgar
- 1 sobrecito de introspección; personal con humildad
- 5 gotas de paciencia y tolerancia; con esperanza
- 1 pieza de buena voluntad; la actitud positive se contagia
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
La próxima vez antes de pedir recuerda, El que se conoce a si mismo encuentra lo que busca, porque sabe que necesita.
MODO DE PREPARACIÓN
- El conocimiento y la aceptación de la realidad no miente. Para conseguir lo que se necesita es indispensable saber que tiene y con que se cuenta. Tener el valor para aceptar la realidad de uno mismo, dejando las fantasías infantiles a un lado logra que las expectativas tengan motivos sólidos y por lo tanto sean más factibles.
- Aportar y ofrecer, son sin duda acciones significativas que conllevan a logros exitosos. Cuando una persona está dispuesta a dar, a compartir y a comprometerse, a una relación emocionalmente nutritiva, los resultados son espectaculares, el universo se encarga de proveer las oportunidades y presentar a las personas indicadas.
- Una realidad sana y nutritiva es mucho mejor que una fantasía irreal y toxica. Las relaciones son parta ser vividas y disfrutadas en el aquí y ahora, de nada sirve soñar con algo que no existe o no es posible, sobre todo cuando la realidad de poder estar acompañado y crecer con una pareja si es una posibilidad real.