No hay que tomar lo que sucede en forma personal, hay cosas que pasan porque asi son, no tiene nada que ver con uno, la vida es.
Es muy ingenuo creer que uno es responsable por todo lo que pasa alrededor o pensar que todo lo que los demás hacen o dicen está relacionado o dirigido hacia si. Esto es sentirse demasiado importante y creer que el mundo gira en torno a uno mismo.
Hay veces que efectivamente las cosas están ligadas y de alguna manera dependen y se interrelacionan; sin embargo, en muchas ocasiones, lo que sucede está fuera del control de uno. La gente que nos rodea actúa por motivaciones que nada tienen que ver con nosotros. Realmente, no todo es personal.
Es un verdadero arte poder fabricar cada comentario, acción y evento para que éstos giren en torno personal. Además de tomar mucho esfuerzo, son un desperdicio de tiempo
Carmela se sintió devastada el pasado fin de semana. No podía comprender como su hijo Andrés, de 16 años, fue a una fiesta en casa de sus amigos y se emborrachó al punto que se sintió mal y comenzó a vomitar. Carmela se torturó a si misma con las culpas, reproches y se preguntaba si su hijo hacía esto para llamarle la atención o hacerla enojar por algo que ella habría hecho mal. ¿Cómo era posible que «su hijo» se comportara de esa manera? Se sentía defraudada y enojada… A estos sentimientos se le comenzaron a sumar las dudas y las recriminaciones hacia ella misma. Comenzó a pensar que quizás, no era tan buena mamá como siempre se había creído. Llegó a pensar que había fallado con la educación de sus hijos y los valores familiares que había tratado de transmitir. Se preguntó cuales fueron sus errores.
Para Carmela ser una buena madre siempre había sido algo muy importante. Esta mujer fue siempre muy dedicada a su familia; dejó de trabajar cuando sus niños nacieron para poder poner todo su amor y tiempo para educarlos. Nunca había tenido grandes problemas con sus hijos; de hecho, la gente la felicitaba por tener muchachos educados, amables y con muy buen comportamiento. La adolescencia los estaba de alguna manera, transformando en algo que Carmela desconocía y empezaba a temer.
La situación empeoró aún más unos días después cuando Andrés salió con el auto y fue parado por la policía por andar con exceso de velocidad.
Cuando su esposo regresó de su viaje de negocios encontró a su esposa hecha un mar de lágrimas. Se sentó junto a su lado y le dijo:
«Tú eres una madre excelente y no hay nada que te debas recriminar. Nuestro hijo comete estas tonterías no porque no te quiera, no por enojo, no por complejos que arrastra desde la niñez o porque tú hayas fallado. Simplemente lo hace porque es la edad, porque es inmaduro y porque sigue a sus amigos. Pero no es nada personal contigo»
Carmela de repente comprendió. Su esposo tenía razón. Quizá había sido una actitud muy egocéntrica pensar que todo lo que hace su hijo está relacionado con ella. Si bien no iba a aceptar la conducta de su hijo, entendió que su comportamiento es el producto de su juventud y su momento en la vida y que ella debería aprender a separar y no tomarse todo en forma personal. Comprender esto le iba a permitir ver la situación con más objetividad y poder ayudar a su hijo.
La Receta
Tomando la vida como es, no todo es personal
Ingredientes
- 1 taza de objetividad
- 2 cucharadas de actitud positiva
- 1 chorrito de perspectiva
- 1 manojo de consideración
- 1 cucharada de control
Recomendación del chef
Tomar todo en forma personal obstaculiza la felicidad y lleva a sufrir mucho
Modo de preparación
- La vida tiene su propio ritmo. Asumir que el mundo gira alrededor de uno es vivir en un mundo egocéntrico y muy caótico.
- Cada persona es lo que es. Cuando uno espera que las otras personas se comporten como uno quiere, se contamina la relación, se complica la comunicación y se lastima, se vive en la decepción continua.
- Es importante controlar los sentimientos. Entender que las cosas suceden independientemente de uno, ayuda a mantener la perspectiva clara, a poder seguir cocinando con gusto y sin resentimientos, culpas o reproches.