Amor incondicional Madre, una labor grandiosa que nunca termina
Cuando por primera vez una mujer sabe que lleva vida dentro de su vientre, su existencia se transforma, toma otro rumbo y desea dar todo lo que puede por este ser que aún no conoce. Ella estará dispuesta a luchar y a dedicar su vida sin importarle el esfuerzo que tome. Junto con su entrega aumentará su amor.
Hay sólo una madre perfecta en este mundo, Y cada quién tiene la suerte de tenerla
Delia sufre en silencio por su hijo Eduardo. Ella daría cualquier cosa por volver a sentir su cercanía y su cariño. Esta mujer fuerte, invencible, de grandes logros, vive y lucha todos los días por su familia y espera con paciencia e ilusión el día en que su hijo vuelva a reconectarse con ella y recuerde cuanto es querido por sus padres.
Eduardo está vivo, no se ha cambiado de cuidad y ni siquiera está enfermo. Simplemente, se ha casado con una mujer que lo domina y lo ha alejado de su familia como si lo hubiera despojado de todo su pasado. Hoy en día, Eduardo no tiene relación con sus hermanos o con sus padres ya que esto le acarrea grandes y serios problemas en su propia casa. Curiosamente, Eduardo es un hombre simpático, amable, un buen padre y es querido por sus amigos y colegas, pero sus padres se encuentran fuera de sus límites. El hogar de ellos ya no es un territorio donde él, su mujer y sus hijos deseen frecuentar.
Delia ha tratado por todas las maneras posibles de acercarse a Eduardo. Al igual que a su familia, ella lo quiere mucho y no ha perdido la esperanza de que un día recapacite y se relacione nuevamente. Pareciera que Delia no conoce el orgullo ya que le habla continuamente a pesar de que él muchas veces, no le tome la llamada. Lo invita a comer aunque lo tenga que esperar varias horas sentada en el restaurante. Le pide favores sólo para crear pretextos para encontrarlo. Eduardo se muestra despreocupado, quizá hasta un poco altanero y distante. Hace apariciones fugaces cumpliendo de mala gana y se aleja lo antes posible con el fin de no involucrarse y evitar problemas con su mujer.
Delia llora cuando nadie la mira, calla cuando en realidad le gustaría decirle cuanto la lastima, espera pacientemente incluso cuando se siente desesperada. Sin embargo, la vida le ha enseñado que una madre ama incondicionalmente, a veces en silencio y sin esperar nada a cambio. Es quizá como aquel arquitecto que diseñó hace muchos siglos una gran catedral, la cual no lleva su nombre, ni tampoco espera que le den crédito por su creación.
Delia, al igual que tantas madres, vive con grandes sacrificios para que no les falte nada a sus hijos, goza inmensamente de sus triunfos y sufre cuando se lastiman. Delia nunca se rinde.
La Receta
Tiene el privilegio y la pasión de ser Mamá.
Receta inspirada en mi madre
INGREDIENTES
- 1 kilo de amor incondicional
- 1 racimo de caricias
- 3 cucharadas de confianza
- 1 manojo de tiempo inolvidable
- 2 gotas de ejemplo a seguir
- 1 taza de paciencia
- 1 pizca de risas y lágrimas
- 1 chorrito de noches desveladas
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
Reconoce que tu mama es la mujer que te dio la vida, al regalo más grande que te han podido dar. Acéptala y quieréla tal cual es. Demuéstale tu cariño y tu admaración, ella te lo va agradecer.
MODO DE PREPARACIÓN
- Ser Madre, el privilegio más grande de ser mujer. Dar vida, poder dejar huellas y convertirse en un ejemplo digno a seguir, es quizá el título más noble en la faz de la tierra.
- Fiel y valiente como una guerrera invencible. Lucha sin parar, asegurándose que a sus hijos no les falte nada. Amiga a la cual no es necesario hablar ya que ella comprende los silencios.
- Mamá es la mujer que nos regala raíces y nos ofrece alas para volar. Esa mujer, que nos hace sentir la persona más importante del mundo, que nos toma la mano y nos cubre todo el corazón.
- Dedica su vida y alma entera. Sin importar su cansancio y dolor, limpia las penas y se regocija de los éxitos.