Hacer algo por el otro sin buscar un beneficio propio da un buen sabor
Hoy en día estamos tan acostumbrados a pensar en nosotros mismos y en como nos podemos beneficiar que cuesta mucho trabajo tener en cuenta que hay veces que se tiene que pensar en los demás. Se debe dar a pesar que no sea fácil, ofrecer apoyo o compañía puramente por el placer de hacer algo por el otro o por tener la posibilidad o la disponibilidad. Gran parte de nuestros problemas en la actualidad se deben a la gran falta de altruismo y sensibilidad. Hemos perdido el toque divino, el impulso a hacer algo por otro sin pedir nada a cambio, simplemente por cooperar con los demás y construir un mundo más amable y fácil para vivir.
Cuando empiezan las exigencias el amor se disuelve hasta que desparece. Dar a manos llenas y sin medida mejora cualquier relación logrando expandir la conciencia y el valor de los demás.
¡María siempre va sola a sus compromisos sociales! Antonio, su esposo, no le gusta acompañarla ya que siente que su mujer va a lugares que a él no le interesan y se junta con gente con la que no tiene afinidad. Así que ha decidido dejar de ir con ella. Prefiere quedarse en casa y descansar o ver sus programas de fútbol que realmente disfruta. Por el otro lado María sabe que su esposo trabaja mucho y se esfuerza por darle una buena vida, por lo cual no le exige que la acompañe. Ella siente que es algo que le tiene que nacer a él sin que se lo pida.
María y Antonio tienen una buena relación de pareja, se respetan y se dan su espacio cuando ambos lo requieren. Cuando los hijos eran pequeños, María no sentía la necesidad de que Antonio la acompañase ya que él se quedaba a cuidar a los niños, pero ahora que se han quedado solos siente un gran vacío. Esto es aún mayor cuando tiene que asistir sola a alguna boda y los múltiples compromisos que tiene.
Antonio es amable y quiere mucho a su mujer, pero insiste en que no la puede acompañar ya que se siente incómodo, no le interesa o no siente conexión alguna con las actividades en las que María desea participar.
Para mantener una buena relación, ella prefiere no insistir y no pelear pero siente que su esposo no hace el esfuerzo para entenderla en sus gustos y sus pasiones. Desafortunadamente, su dolor y su sentimiento de soledad la han invadido y sin querer poco a poco la pareja se ha estado alejando. Cada quien hace lo que es bueno para sí y no han podido entender que también tienen que hacer cosas por el otro, simplemente porque estar pensando en alguien más allá de uno mismo es importante para mantener, preservar y nutrir la relación.
LA RECETA
Cocinando relaciones sanas y nutritivas
INGREDIENTES
- 1 manojo de atención
- 2 cubitos de detalles
- 3 cucharadas de acciones
- 1 taza de comprensión
- 1 pizca de generosidad
- 4 gotas de sinceridad
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
La vida compartida sabe mejor.
MODO DE PREPARACIÓN
- Nadie es autosuficiente. Una relación sana con una dependencia saludable, anhelo y entrega mutua hace de la persona un cocinero con deseos de crecer, esforzarse y legítimas ganas de compartir.
- Entender las necesidades del otro ayuda a no centrarse en uno mismo. Aprender a pensar en términos que van más allá de uno mismo, sin limitarse en lo que uno está dispuesto a proporcionar, permite dar a la otra persona lo que realmente necesita. Así, el amor no tendrá límites; cuando damos al otro nos convertimos en uno solo.
- El dar hace que la persona sea un cocinero activo lleno de energía positiva. Nuestro bienestar aumenta a medida que quienes nos rodean sean realmente felices, a pesar de que esto implique luchar contra los propios obstáculos reiteradamente.