Agradeciendo, aun cuando es difícil encontrar una razón para hacerlo
Una de las razones más importantes porque el Mussar enseña sobre la actitud de la gratitud es porque no importa que tan poco tenemos en la vida, nunca debemos de sentir lástima por nosotros mismos, ya que estamos vivos Un valor importante en el judaísmo. Al dar las gracias todos los días, podemos sentir una sincera gratitud; Las bendiciones que se recitan, son una bella manera de agradecer y acercarnos a Hashem. La raíz de la palabra Bracha en hebreo proviene de la palabra rodilla, cada vez que hacemos una bendición es como si doblamos las rodillas. Como un legitimo acto de gratitud.
Un ejemplo a seguir
La persona que tiene un corazón lleno de gratitud, conoce el verdadero secreto de la paz, la felicidad y el bienestar.
Hoy en día, en un mundo de crisis e inestabilidad, donde muchos están perdiendo sus trabajos e incluso sus casas, es muy difícil encontrar motivos para estar agradecidos. Se respira en general un clima de tensión, temor y mucha angustia. Dejarse hundir aún más lleva a deprimirse y a lastimar a los seres queridos.
La preocupación por lo que no se puede cambiar sólo se torna en un sufrimiento innecesario. Si se logra encontrar pequeños instantes, momentos tranquilos y razones sencillas que conecten con el aquí y ahora, habrá una posibilidad mayor de lograr un lazo que sirva de sostén para poder salir adelante. Quizá al levantar la mirada y ver que tenemos una familia o amigos que están junto a nosotros, el hecho de que estamos vivos o simplemente que cada día es un nuevo empezar, es una buena razón para poder agradecer y sentir gratitud.
Irene acaba de perder a su esposo; falleció repentinamente de un ataque cardíaco. Estaban pasando una situación económica difícil y luego de hacer una mala inversión perdieron el negocio y la casa. Sin darse por vencidos buscaron nuevamente como empezar de cero. Cada uno encontró un nuevo trabajo con suficientes ingresos como para cubrir sus gastos y la educación de sus hijos. Pero todo cambió a partir de la muerte de su marido. Ahora Irene se encuentra sola en un país que no es el suyo, con la responsabilidad de sacar adelante a sus cuatro hijos. ¿Qué motivos tiene Irene para dar las gracias? ¿Cómo explicarle que la vida continúa y que con el tiempo esto también va a pasar y quizá pueda encontrar una razón para volver a reír?
Estas son preguntas duras que una persona que sufre y tiene dolor no puede contestar. Sin embargo, Irene tomó valor y decidió mirar hacia delante, sin culpas ni reproches. Pasaron algunos días después de la tragedia, cuando Lucidla, una buena amiga que vive en otro estado, llamó a la casa para ofrecer su compañía, visitar a la familia y acompañarla en su pérdida. Irene con agradecimiento le respondió:
«¡Cuánto te agradezco tus palabras y tus buenas intenciones de querer venir desde tan lejos a acompañarnos! Pero realmente no es necesario, ya que ahora tengo aquí a mis padres y a mis hermanos. En unos días voy a regresar junto con ellos a mi país natal para explorar que posibilidades tengo de rehacer mi vida y la de los niños allí… ¿Sabes? La vida continúa, estoy viva y tengo la responsabilidad y el compromiso de sacar adelante a mis hijos. Estoy segura que eso es lo que Joel hubiera querido. Después de todo, estoy tranquila, ya que en cuanto a mi relación con él, no hubo nada de mi boca que haya quedado pendiente, no he dejado de decirle que lo quería, no he desistido de llorar y reír junto a su lado, no he olvidado de expresarle mi gratitud mientras estaba vivo. Murió sin arrepentimientos y tuvo una vida plena. Es eso, precisamente, lo que me mantiene serena, me da ánimo y me motiva a salir adelante; incluso hoy tengo mucho por lo que agradecer.»
Hoy es un buen día para comenzar a agradecer.
La receta
Gratitud
Ingredientes
- 2 manojos de reconocimiento
- 2 cucharadas de agradecimiento
- 7 ramitas de acciones positivas
- 1 taza de honestidad
- 1 cucharadita de gozo por vivir
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
La gratitud no puede coexistir con la arrogancia, el resentimiento y el egoísmo.
Modo de preparación
- La gratitud engrandece el corazón y sazona la esencia de cada individuo. La persona que siente gratitud, valora, respeta y comparte lo que tiene. Cuando uno es capaz de agradecer y reconocer encuentra una razón que le llena a su vida de sentido.
- Los pequeños detalles fortalecen y enriquecen el sentimiento de agradecimiento. Entre más específicas y pequeñas son las acciones que se reconocen, más genuina y auténtica se torna la razón que se valora. Esto genera nuevas oportunidades para poder seguir agradeciendo; el sentimiento de satisfacción se reproduce y multiplica.
- La gratitud conecta y ubica. Una persona que agradece y valora a los demás nunca se encuentra sola. Cuando se reconoce lo que se recibe se puede ver con claridad y precisión las cosas buenas que se tienen en la vida. Se adquiere humildad, sensibilidad y una alegría que se contagia y se comparte. Además, la gratitud nos recuerda constantemente que ni somos los únicos, ni podemos solos.