La pobreza no es falta de dinero, más bien es la carencia de recursos para defenderse
El abuso no tiene perdón. Gritar, golpear y ofender son actos de violencia y sin duda los más claros indicios de la falta de valores y de respeto. Generan impotencia, odio y mucho resentimiento. Lamentablemente, cuando uno cae en esta telaraña es muy difícil salir de ella y aun cuando uno logra salir, quedan cicatrices muy profundas que nunca se olvidan.
Nadie dice que las relaciones humanas son fáciles, pero no por eso deben de ser tóxicas o abusivas
Blanca es una mujer joven con cuatro hijos que ha sufrido en silencio el abuso y el maltrato de su esposo Julián. Cuando se acercó a su madre, Elena, para desahogarse y pedir ayuda, esta se la negó rotundamente. De hecho, le insistió que olvidara todo lo que su marido le hace. Opinaba que Blanca tiene muchos hijos para cuidar y si se separa nadie la podría ayudar, ni siquiera su propio padre, un jugador perdido que las abandonó hace muchos años. Tampoco Elena podría ayudarla ya que vive en casa de su madre, no tiene trabajo ni recibe dinero de su marido. Por lo tanto, pensaba que mientras Blanca tuviera un techo y comida para sus hijos, ella debía soportar a todo precio el maltrato y las ofensas de Julián.
Las cosas para Blanca se pusieron más difíciles; cada vez las agresiones fueron más fuertes y los maltratos mayores. Hace un par de meses, la situación estalló luego de que Blanca envió un mensaje por su teléfono celular para coordinar como llevar y recoger a los niños de sus múltiples clases. Julián no le creyó y entre gritos, insultos y fuertes golpes juró que su mujer tenía un amante. Dejó a Blanca sangrando en el piso llorando y completamente destrozada. Sus hijos, atemorizados, vieron toda la escena y entre lágrimas, angustia y mucho miedo llamaron a la abuela la cual vino lo más rápido que pudo.
Lamentablemente cuando Elena llegó, Blanca ya estaba casi inconsciente, con la nariz y algunas costillas rotas, en un estado muy devastador.
Finalmente, Elena accedió a que su hija y los niños se fueran con ella llevándose lo mínimo que podían para vivir unos cuantos días mientras la situación se calmaba.
Julián nunca va a cambiar y si lo hace será cuando él quiera o pueda. Blanca salió de ese infierno en parte gracias a una prima que se enteró del problema y con la ayuda de sus amigos le consiguieron un departamento, le encontraron un trabajo para que pueda mantener a sus hijos sin tener que depender de ese rufián y le enseñaron que nadie tiene el derecho de abusar de otros, bajo ninguna circunstancia.
La Receta
Evitando el abuso
INGREDIENTES
- 1 lata de respeto por uno mismo
- 2 cucharadas de esfuerzo
- 1 manojo de límites
- 1 ramita de confianza
- 1 pizca de madurez
- 2 cucharadas de determinación
Condimentos:
Honestidad, firmeza y cuidado
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
¡El abuso no tiene excusas nunca!
MODO DE PREPARACIÓN
- Siempre hay una persona que está dispuesta a escuchar y que puede ayudar. Hay que hablar y pedir auxilio a quien sea y que tenga la posibilidad de apoyar. A pesar de que uno se sienta impotente y desesperado, pensando que no hay una posible solución, otras personas que tienen una posición más segura estable y pueden ofrecer opciones y posibles remedios.
- Sólo se puede lastimar aquella persona que se deja y que lo permite. Nadie tiene el derecho de lastimar a ninguna persona. Todos los seres son valiosos, el respeto y el cariño comienzan con uno mismo. Hay que amar la vida y saberla valorar.
- El bienestar y la vida no tienen precio. Hay que esforzarse para siempre encontrar la felicidad. No se puede conformar con una vida mala o indigna solo por sentir miedo. Pensar que se carece de recursos para salir adelante solo limita y empobrece a la persona.