Los pretextos son los mejores amigos para dejar de hacer lo que uno verdaderamente quiere. ¿Cuántas veces escuchamos la expresión? «¡si tan solo tuviera dinero haría tantas cosas! Viajaría a lugares lejanos, invitaría a mis hijos más, compraría la ropa que me gusta, regalaría lo mejor» La lista es conocida e interminable. Así también están aquellas personas que culpan al dinero por todos sus malestares ya que por no tenerlo, simplemente no pueden hacer absolutamente nada. De hecho se paralizan, se desconectan y dejan de hacer o de tratar de hacer cosas que ni siquiera cuestan dinero.
El secreto para ser feliz es actuar como si realmente se tuviera todo aquello que se desea.
Las atenciones, el amor, la capacidad de disfrutar, las decisiones, la motivación, la autoestima, etc. provienen de uno mismo son absolutamente gratuitos, entonces ¿por qué el dinero se convierte en un impedimento para vivir y ser feliz?
Hay ocasiones que la realidad es tan absurda que pareciera que se tratara de una comedia absurda. Fabio no vive feliz con su mujer porque dice que no tiene dinero para mantenerla bien. Como no tiene dinero tiene que trabajar largas horas y alude que esa es la razón por la cual nunca se toma un momento para sentarse a conversar con su esposa o a jugar con sus niños.
Cuando sus amigos lo invitan a comer, él no puede ir ya que dice que tiene que trabajar y no tiene dinero para perder el tiempo. No se da cuenta que en ocasiones esas salidas esporádicas además de romper la rutina, aligeran la vida y a veces abren nuevas puertas y ayudan a establecer nuevos contactos. Como es de imaginar, con el tiempo los amigos de Fabio lo dejaron de invitar ya que saben que él nunca puede acompañarlos. Cuando hay reuniones familiares, Fabio no habla ni aporta nada; siente que al no tener tanto dinero como sus familiares no tiene mucho que aportar.
Su mujer está totalmente frustrada y vive en una soledad terrible ya que Fabio vive dentro de sus pensamientos y no le comunica nada. Tampoco se involucra con los hijos. Año tras con año se disculpa con su esposa por no haberle comprado ningún regalo en su cumpleaños ya que nunca tiene el dinero que necesita para darle el regalo que según él, ella se merece. No les celebra el cumpleaños a los niños porque no puede hacerles una fiesta grande como él quisiera. Y así va pasando el tiempo
Él siempre cree que pronto va a hacer algún buen negocio y que en cuanto tenga dinero todo va ser mejor y va a poder reconectarse con la vida. Nunca se ha dado cuenta de la tristeza de su mujer o de sus hijos que va mucho más allá de la falta de bienes materiales. Después de tantos años de esperar a que las cosas cambien y la suerte mejore, su mujer tomó valor para pedirle el divorcio. Curiosamente Fabio le contestó: «No me puedo divorciar porque no tengo dinero para pagar el divorcio ni para mantener a dos casas al mismo tiempo.»
Es más fácil buscar una excusa para no ser feliz que hacerse responsable de la miseria propia.
LA RECETA
Ser feliz a pesar del dinero
INGREDIENTES
- 1 taza de perspectiva
- 2 manojos de autoestima
- 1 cucharada de fuerza de voluntad
- 1 ramita de buenas decisiones
- 1 cubito de aceptación
- 3 rebanadas de satisfacciones
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
Cuando se elige el dinero sobre todo lo demás, la vida pierde su valor
MODO DE PREPARACIÓN
- Es muy importante tener las prioridades claras. A pesar de que el dinero es vital en el mundo en que vivimos, debemos recordar constantemente que todos corremos el riesgo de confundir su valor real. Hay que ser cauteloso para prevenir el caer en la trampa tóxica de sobrevalorarlo.
- El dinero no da todo. El dinero no ayuda a crear lazos de cercanía reales y puede llegar a impedir en gran medida el desarrollo espiritual y emocional, ver la esencia de las cosas y tener una vida emocionalmente balanceada.
- Es importante dejar de ver, desear o envidar todo lo que no se posee y aprender a disfrutar y cuidar lo que se tiene. Cuando uno acepta que no siempre se puede tener lo que se quiere pero que igualmente se puede disfrutar de la vida, es más fácil valorar lo que le pertenece. Poder reconocer que cada uno tiene los recursos para obtener lo que necesita y dejar de culpar a la falta de dinero como fuente de su miseria es el paso más importante para motivarse y ser feliz.