Viviendo con Resentimiento
Cuando se vive enfrascado en el pasado es difícil perdonar y se hace más pesado vivir.
Muchas veces el recuerdo desagradable que guardamos se convierte en un equipaje pesado y difícil de mover; lleno de reproches y sentimientos que amargan y contaminan las nuevas experiencias. Sin darse cuenta, para algunos, la vida se pasa más rápido de lo que suponían, sin dar tiempo para liberar el dolor o el malestar, limpiar los malos entendidos y superar los sentimientos negativos. Como resultado, se vive con resentimiento, rencor, tristeza y mucha soledad. Es casi como estar abriendo constantemente una herida y no dejarla cicatrizar jamás.
Un resentimiento, por más pequeño que sea, si no se resuelve se multiplica y crece rápidamente; pudre el alma llenándola de amargura y dolor
Mauricio y Samuel son hermanos que tienen ya una edad avanzada. Se podría decir que ambos han tenido una buena vida, rodeados de excelentes hijos, nietos y aun hermosos bisnietos llenos de vida que han incorporado los valores familiares y legados culturales. También han contado con muy buenas esposas y han logrado una gran estabilidad económica.
A pesar de esto, desafortunadamente, ambos se encuentran atrapados por el resentimiento.
Cuando eran chicos, eran inseparables y se protegían mutuamente. La buena relación continuó por muchos años. Luego de casarse, las familias se reunían casi todos los fines de semana. Lamentablemente, todo esto cambió al fallecer sus padres. Las peleas por la herencia ocasionaron grandes disgustos, enojos y frustraciones que el tiempo no pudo borrar. El resentimiento los envenenó y hasta el presente, les impide acompañarse y apoyarse el uno en el otro, incluso cuando están pasando por momentos muy difíciles en los que se necesitarían mutuamente.
Mauricio está sufriendo inmensamente ya que a su mujer, su compañera por más de 50 años, la diagnosticaron hace poco con un cáncer mortal. Se encuentra en un estado muy avanzado, donde no hay nada que se pueda hacer para curarla. Este hombre sufre viendo como su pobre mujer pierde lentamente la vida en las manos de esta cruel y maligna enfermedad.
Samuel por su parte, acaba de pasar por una operación muy delicada del estómago y su recuperación ha sido lenta, angustiante y lo ha llenado de temor. A este hombre lo acompañan su mujer, hijos y nietos. Sin embargo, Samuel sufre porque su único hermano nunca lo llamó ni se preocupó por él, incluso luego de que fue informado que Samuel preguntaba por él con mucha insistencia.
Mauricio y Samuel sufren en silencio y sienten la falta del otro. Si bien podrían acompañarse en su dolor y apoyarse durante este amargo periodo, ninguno de los dos puede dejar ir del resentimiento que los carcome por dentro y no les permite ver cuánto mejor se podrían sentir si compartieran sus penas. Es cierto que ambos cuentan con sus respectivas familias y seres queridos, pero el lugar del único hermano se halla vacío.
La Receta
Desintoxicando el Corazón,
el resentimiento solo envenena el alma
INGREDIENTES
- 1 taza de responsabilidad
- 2 cucharadas de valor
- Raspadura de esfuerzo conciente y deliberado
- 1 manojo de tolerancia
- 1 pizca de ojo noble
- 1 sobre de perdón
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
El resentimiento engaña a la persona que lo siente.
Es casi como tomar veneno y esperar que la otra persona se muera.
MODO DE PREPARACIÓN
- La vida se pasa demasiado rápido para desperdiciarla en cosas que no llevan a nada. El tiempo y el esfuerzo personal son valiosos, por lo que es primordial aprovecharlos al máximo y evitar colocarlos o quedar pegados a aquello que no lleva a ningún buen resultado.
- Elegir un sentimiento positivo facilita encender una llama constructiva en la cocina de la vida. Cuando se reemplazan los sentimientos negativos se recubre la oscuridad del corazón y el malestar del alma, ayudando al cocinero a seguir adelante, con gusto y sin reproches.
- No se puede cambiar lo que ya sucedió. Pero sí se puede determinar qué actitud se debe tomar. Ciertamente, es más difícil permanecer positivo cuando pasan situaciones difíciles o dolorosas; pero cuando se deja ir al enojo, la ira y al resentimiento, el más beneficiado es uno mismo.
- Aprender a perdonar y perdonarse es el secreto más valioso para esta receta. Recordar que nadie es perfecto y que es de humanos equivocarse. Aprender a tener compasión y comprensión libera el alma y ayuda a vivir con un mejor sabor.