Después de tener una relación apasionada y salvaje, Román dejó a Amanda de la noche a la mañana. Ella, desolada, no podía entender que hizo mal, en que falló. Amanda se había entregado a Román en cuerpo y alma, ella estaba segura que él era el hombre de sus sueños. Desde que se vieron se flecharon, se atrajeron inmediatamente y se entregaron el uno al otro.
La magia verdadera no consiste en encontrar el amor a primera vista, sino mas bien en lograr que esa magia dure para toda la vida»
Anónimo
Claro que para Román ésta había sido una relación pasajera, divertida y sin trascendencia. El se sentía atraído por Amanda pero nunca había tenido serias intenciones. La relación con ella era secundaria a sus amigos, trabajo y los deportes. El nunca le mintió, ni le hizo ninguna promesa. Fue Amanda la que se había hecho la ilusión que con el tiempo, Román se enamoraría de ella y la necesitaría tanto que nunca la iba a dejar.
Si Amanda realmente hubiera sido honesta consigo misma, se habría dado cuenta que Román y ella no eran compatibles, hubiera descubierto que él no era la persona con la que ella podría ser feliz. Amanda había quedado atrapada en la ilusión del amor y la pasión.
Al entregarse físicamente a otra persona se puede producir un vínculo poderoso. Pero si esa relación carece de un auténtico conocimiento, compromiso y valores compartidos, entonces, hasta la primera atracción apasionada se disuelve y se transforma de ser una hermosa fantasía, a un verdadero tormento y un gran problema.
Es fácil iniciar una relación superficial con quien nos sentimos atraídos y creer que no habrá mayores consecuencias. No nos damos cuenta que estamos cayendo en nuestra propia trampa. Nos podemos confundir y creer que estamos enamorados o podemos creer que es una relación pasajera y que no va a dejar ninguna marca. Esto lleva a que tarde o temprano la relación se rompa y cada vez que esto sucede pagamos un precio. Cada vez quedamos más desilusionados de las relaciones, confiamos menos en el sexo opuesto, estamos más desensibilizados y disminuye la confianza en nuestra propia habilidad para elegir una buena pareja. Perdemos la esperanza, confundimos los valores reales, la soledad aumenta y el dolor nos envenena.
Amanda creyó haber perdido una buena relación porque Román la «hacia sentirse bien.» La verdad es que ella nunca tuvo una relación profunda con Román. Se entregaron físicamente antes de conocerse bien y si bien fue una relación intensa, divertida o apasionada, jamás llegaron a lograr una legítima intimidad y a conocerse o a comprometerse el uno con el otro.
El verdadero amor implica amar al otro por quien él o ella es, no por como me hace sentir en un cierto momento. Para poder amar realmente a otra persona hay que conocerla. Esto implica descubrir sus fortalezas así como sus debilidades, sus valores, sus intereses, reacciones ante los problemas, ambiciones, virtudes y defectos. Si nos entregamos rápidamente se crea una dependencia que nubla nuestra capacidad de evaluar con inteligencia y entonces quedamos enganchados en una relación vacía que solo nos va a traer sufrimiento y desilusión, que luego de satisfacernos físicamente, no tendremos nada más, una simple gratificación inmediata
La Receta
Relación con compromiso
INGREDIENTES
- 1 botella de Conocimiento
- 1 kilo de Respeto
- 1 lata de Honestidad
- 7 gotas de Tiempo
- 1 taza de Aceptación incondicional
- 1 taza de Valores compartidos
- 1 taza de Metas Comunes
- Un manojo de atracción
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
MODO DE PREPARACIÓN
Cuando tenemos una relación que esta basada principalmente en el fuego, es decir en la pasión ardiente entre ambas personas, el fuego se consume rápidamente, ya que no hay nada más que lo alimente. Es importante incluir y mezclar los ingredientes adecuadas para lograr una consistencia sólida y resistente. Hay que buscar siempre una relación real, que nos pueda nutrir diariamente, no una fantasía que se consuma rápidamente. Mas que enamorarse precipitadamente de una persona es conveniente madurar el amor, cocinarlo a fuego lento para que suelte todo su jugo y que éste sea rico y su aroma delicado. El amor debe ser el resultado de un largo proceso, nunca el principio de una relación. Para que esta relación tenga un compromiso real debe de ser construido con valores, objetivos comunes y metas compartidas, ver en la misma dirección los horizontes de su vida. Lograr una relación comprometida es poder caminar por la vida unidos como un par invencible dispuestos a luchar el uno por el otro y a protegerse de igual manera. Nunca vamos a negar que la atracción siempre vaya a mejorar la calidad de la receta pero hay que aclarar que no es este el único ni el ingrediente más importante para esta receta.