He pasado un increíble fin de semana con buenos amigos, jugando golf -que me encanta-, tomando maravillosos vinos, disfrutando de la playa y de un gran hotel…
Comienzo por hablarles de Tres Vidas Acapulco, un lugar donde la naturaleza ha sido transformada y enriquecida para que sus residentes y miembros del club disfruten de su originalidad.
Golf en 3 Vidas
El club de playa se confunde con los ambientes naturales entre espacios abiertos, jardines y la refrescante sombra de sus palmeras. Una preciosa alberca rodeada de plantas y flores tropicales, con una maravillosa vista al mar y un mirador para contemplar las espectaculares puestas de sol.
Este renovado desarrollo residencial rodeado de un ambiente de altos estándares de seguridad, destinado solo para algunos afortunados, ofrece una gran variedad de propiedades estrategicamente ubicadas frente al mar de 5,000m2 cada una y frente a los fairways del campo de golf de aproximadamente 2,000m2, las cuales están disponibles para aquellas personas que deseen construir la casa de sus sueños y pertenecer al selecto grupo de socios Tres Vidas.
Golf en 3 Vidas
El área de clusters representa una gran oportunidad para desarrolladores en proyectos de villas residenciales.
Cuenta con un hermoso campo de golf de 18 hoyos, cinco de ellos desvaneciéndose hacia el Océano Pacífico, todo forma un precioso escenario para emocionantes rondas.
Golf en 3 Vidas
A las interesantes dificultades técnicas conformadas por bellos lagos y trampas de blanca arena se suma la belleza del Océano y la reconfortante frescura de la brisa del mar.
El desarrollo cuenta con uno de los más impactantes “links course” en todo el continente, diseñado por el exitoso Robert Von Hagge.
El campo de golf Tres Vidas es constantemente renovado para mantenerlo como uno de los mejores del País.
Con Pedro Haces, director del hotel El Cano, y Alberto Arizu
Ubicado en la zona más bella y de mayor plusvalía el Pacífico mexicano y exaltado por una privilegiada belleza natural se encuentra el desarrollo inmobiliario resort del golf Tres Vidas.
Aquí jugamos el torneo Luigi Bosca, en el que además probamos algunos vinos de esta bodega argentina, que se encuentra en manos de la familia Arizu y que cuenta con una trayectoria de más de 100 años en la industria vitivinícola argentina. Dirigida actualmente por la tercera y cuarta generación, la bodega Luigi Bosca constituye uno de los pocos establecimientos vinícolas que, a lo largo de las décadas, permanecen en manos de la familia fundadora y, por su prestigio, se ha convertido en un paradigma del vino nacional.
Con Charles Béard y José Portocarrero en las rocas de Banyan Tree Cabo Marqués
Los vinos que probamos fueron:
Luigi Bosca Malbec: un vino de color rojo intenso, con aromas definidos a frutos rojos maduros, especias y pimienta negra. La intensidad de su entrada en boca se complementa con la suavidad y el dulzor de los taninos, respetando las características del cepaje en la Argentina. Un tinto puro, de gran cuerpo, estructura, carácter y toda la jugosidad típica de la variedad. Permanencia larga y final de boca elegante.
Luigi Bosca Syrah: un vino de intenso color púrpura y muy aromático. Se perciben notas de ciruelas negras, grosellas, laurel y algo de chocolate. En la boca equilibra intensidad, cuerpo y estructura con delicadeza. Tiene un muy buen volumen de boca, taninos firmes y maduros, un paladar carnoso y consistente, y un final largo y persistente.
Luigi Bosca De Sangre: Cabernet Sauvignon 85%, Syrah 8%, Merlot 7%. Luigi Bosca De Sangre es un vino de color rojo granate con tintes violáceos que adquiere su gran complejidad y estructura del suelo calizo. Este blend vigoroso y robusto, de gran intensidad, presenta aromas exuberantes a frutos negros y especias. En boca muestra buen cuerpo y carnosidad, volumen amplio, taninos dulces y textura aterciopelada. Final prolongado y agradable al paladar.
Para completar, un grandioso hotel
Saben que cuando visito Acapulco me encanta disfrutar de un buen hotel, el Banyan Tree Cabo Marqués, que es encantador, romántico y espectacular.
Un resort enclavado en un exclusivo escondite con inspiradoras vistas de los acantilados de la bahía de Acapulco y el Océano Pacífico. Ofrece una distintiva pincelada asiática, con techos notablemente inclinados y anchos, donde toda la villa está erguida sobre pilotes.
Fue nombrado así por su ubicación en el exclusivo desarrollo residencial de Cabo Marqués en Acapulco Diamante, el lugar ideal donde el jet set se reúne.
Los imponentes atardeceres en medio de los idílicos entornos durante todo el año nos hipnotizan mientras disfrutamos de los lujos desde la privacidad de nuestra cómoda y lujosa villa, en donde cada una cuenta con una piscina al aire libre y un deck de madera, rodeados de verdes y pintorescos jardines que resultan ideales para las actividades de relajación.
La exquisita gastronomía está representada por tres restaurantes y bares de la marca, unas joyas para el paladar para que demos rienda suelta a su apetito.
En Banyan Tree Cabo Marqués hay toda clase de opciones para comer desde el amanecer hasta el atardecer, y todas son excepcionales. Desde un desayuno con vista al océano, un almuerzo liviano a la orilla de la piscina, cocteles al atardecer en medio de la brisa del mar o deliciosos y dulces postres bajo las estrellas.
Su galardonado Banyan Tree Spa desembarca por primera vez en Acapulco con una amplia gama de tratamientos de cuidado y embellecimiento del cuerpo, los cuales están inspirados en las tradiciones de sanación orientales. Con siete salas de tratamiento, el spa ofrece una completa experiencia sensorial a cargo de terapeutas formados en la Banyan Tree Spa Academy, en Tailandia y China.