El reflejo del sol en el templo Wat Arun a la orilla del agua deslumbra, forzando al mirador a desviar los ojos, casi en reverencia. El recorrido en bote por el rio Chao Phraya, desde el mercado flotante hacia el centro de la vibrante ciudad de Bangkok, nos enseña a la capital de Tailandia en tonos dorados y cálidos. Entre casas hechas sobre delgados pilares de madera a lujosos palacios y rascacielos, el paseo por el agua muestra un Bangkok algo diferente al que se ve desde sus ajetreadas calles e infinitos centros comerciales. Con el viento en la cara, el pesado calor del verano se disuelve y el interminable ruido de la ciudad parecería ser solamente un recuerdo lejano.
Bangkok es un mundo caótico, que ofrece todo lo que una vibrante metrópolis debería de, pero con un toque místico al contar con tantos bellos templos y los inigualables palacios reales. Es la ciudad mas poblada de Tailandia y la mas turística, desproporcionadamente grande a comparación a las que la rodean. En el distrito central de Sathorn Road, un barrio de negocios y embajadas, se encuentra el lujoso hotel Banyan Tree, donde hospedarse es una experiencia para los sentidos. Contando con paisajes urbanos incomparables, habitaciones elegantemente decoradas, servicio de renombre y el salón Banyan Tree Club, al igual que con su mundialmente conocido Spa, este hotel se vuelve una leyenda casi mítica. En el piso su 61 están Vértigo y Moon Bar, bares de moda que gozan de vistas panorámicas y sirven una amplia variedad de platillos occidentales, tailandeses y chinos.
En esta ciudad, la capital de la tierra de las sonrisas, existe una mezcla eléctrica de su exótica cocina, sus templos impotentes, su vida a los pies del rio y su sin fin de tiendas y boutiques. Bangkok originó hace 200 años siendo un pequeño centro comercial y comunidad portuaria en la orilla oeste del río Chao Phraya. Con el paso del tiempo ha crecido hasta volverse una metrópolis sin igual, pero afortunadamente sigue conservando algo de la gloria de ilustre pasado. Desde cada callejuela hasta su colorido Chinatown y modernos edificios, podemos aún percibir dejos de un rico pasado, cargado de historias y cuentos que contar.
Debajo de su caos y ruido existe un Bangkok pintoresco y altamente budista. Esta es una ciudad que consta con mas de 400 templos, llamados wats, que reciben miles de visitantes diariamente, ya sean turistas, locales o monjes. Los tres mas conocidos son Wat Arun y Wat Pho, que son un must cuando se visita esta ciudad. El Templo del Buda de Esmeralda (Wat Pra Kaew en tailandés) es el más famoso de Tailandia y alberga el bellísimo Buda de Esmeralda, el más venerado de todo el país. La estatua proviene de Chiang Rai, donde fue descubierta en 1464. Al igual hay varios menos famosos, como el Templo de David Beckham, donde un fan del deportista cambió la estatua de Buda por la del jugador de futbol.
Bangkok también es conocido por sus mercados flotantes, el pionero de estos siendo Damnoen Saduak, que ofrece una experiencia auténtica a pesar de su atmósfera cada vez más turística. La escena se pinta así: docenas de botes de remos flotando en las turbias aguas, cada uno cargado de frutas, verduras o coloridas flores, y los vendedores anunciando su mercancía con entusiasmo en un complicado y ruidoso tailandés. La gente se pasea entre puentes y pequeñas calles a los lados del agua, abrumados por los millones de olores y colores a su alrededor.
Bangkok es un lugar verdaderamente caótico y totalmente inolvidable.