Ajeno a la concurrencia frenética de las multitudes turísticas de playa, y prácticamente indiferente al influjo de las manadas de turistas que llegan a visitar las ciudades italianas, late el corazón más seductor de Italia, cuajado de opulentas callejuelas y villas medievales convertidas en perdurables joyas de arte. Il Borro, el estate propiedad de los Ferragamo, es un compendio de elegancia cultural y arquitectónica; es armonía sensible de majestuoso pasado y belleza edificada.
La hospitalidad en Il Borro combina elegancia y estilo natural con lujo y ambiente íntimo, apartamentos, y suites en su villa medieval, además de granjas y lujosas villas.
La Osteria del Borro, en la que he cenado todas están noches, es un conjunto de gusto, sabores y aromas, con una vista espectacular a su pueblo medieval.
Tenis, golf, caballos, spa y clases de cocina son sólo algunas de las actividades a realizar en este oasis Toscano.
Buen gusto, armonía total y larga historia, eso es Il Borro, que comienza con el proyecto de renacimiento y restauración del viejo pueblo destruido por las bombas durante la segunda guerra mundial.
Gracias a la familia Ferragamo, Il Borro se convierte en el lugar idóneo para vacaciones lujosas en el campo, con paisajes únicos, jardines y albercas que ayudan a relajarse bajo el sol de la Toscana. La villa principal fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial y se encontraba en estado de decadencia cuando la adquirió Ferruccio Ferragamo; la restauración fue larga para lograr recuperar su esplendor original y llegar a ser hoy en día uno de los destinos más lujosos de La Toscana.
La arquitectura típica de las grandes villas de 1800 en la Toscana, con estructuras grandes y severas pero finas y con infinidad de detalles románticos.
Perfecta armonía entre lujo y elegancia y un ambiente plagado de detalles son los secretos del encanto y seducción de las residencias en Il Borro. Somos esclavos de lo que decimos y dueños de lo que callamos: Freud