Desde la infancia, el hombre encontró por medio del juego y los juguetes sinergias idóneas para relacionarse con su entorno, sus semejantes e incluso consigo mismo. A través de esta actividad, el ser humano llega a la felicidad por la vía corta, porque en ésta siem- pre estarán presentes la emoción, la expresión, la comunicación, el movimiento y la actividad inteligente. Sin embargo, de acuerdo a los convencionalismos impuestos por sociedades como en la que vivi- mos, se establece que el ser humano se convierte en adulto y debe olvidarse de todo tipo de juegos y enfocarse en las responsabilidades inherentes a la edad madura.
Pero, ¿qué pasa cuando un hombre llega a la madurez y, paralela a su relación de pareja (noviazgo primero y matrimonio después), mantiene un fuerte vínculo con esos juegos y juguetes que con el transcurrir de los años sólo cambian ligeramente y se adaptan a su gusto actual y, por supuesto, a su poder adquisitivo? ¿Lo anterior representa algún tipo de obstáculo para que la novia o su esposa lo perciban como un individuo responsable y enfocado?
Lo cierto es que hombres y mujeres, desde que nacemos, en el núcleo familiar en el que nos tocó vivir se nos educa para afrontar la vida adulta de manera distinta. Mientras a las niñas se les inserta el chip de que cuando crezcan “sí o sí” tienen que ser amas de casa y madres de familia, y sus juegos infantiles giran en torno a esa actividad; para los niños es diferente, porque a ellos se les permite desarrollar actividades lúdicas que tienen que ver más con la fan- tasía que con la realidad. O, ¿acaso alguien recuerda a un chamaco jugando a los abogados o a los contadores?
Así las cosas, el niño se transforma en adolescente y posterior- mente en adulto con la tranquilidad de que si colecciona carritos, muñecos, balones, videojuegos u otro tipo de juguetes, nadie se lo va a reprochar, a menos de que su afición por esto se transforme en una actividad que le impida realizar el resto de sus actividades de manera eficiente y responsable.
Lamentablemente, no generalizo, pero sí existen muchísimos casos, hay mujeres que al desempeñar su papel de novias y esposas llegan a sentir celos porque su novio o esposo dedica demasiado tiempo en sus juegos (ir los fines de semana a jugar futbol o al gotcha con los amigos, organizar maratónicas competencias con el Xbox, dedicar horas y horas a buscar figuras de acción coleccionables por Internet, etcétera) y ellas quisieran que ese tiempo ellos prefirie- ran pasarlo a su lado. Y si no sucede así, estas mujeres en cuestión comienzan a acusar a su pareja de ser demasiado inmadura, que prefiere invertir su tiempo en cuestiones de niños en lugar de preocuparse por afianzar el vínculo que tiene con su mujer… al final, muchas son las parejas que experimentan la ruptura definitiva porque existió la suficiente comprensión de todo lo anterior.
Afortunadamente, también existe el otro lado de la moneda, con chicas inteligentes que prefieren tener a su lado a un “niñote” al que todavía le encantan los juegos a tener que soportar a un fulano vicioso o agresivo y que entienden que su hombre necesita de tiempo y espacio para sus trenes, sus colecciones de estampas, sus figuras de acción, su motocicleta o su automóvil… y hasta sus muñecas inflables.
¿A qué juegan? vía Facebook
-Ignacio Toledano: “Me encanta armar barcos y aviones a escala; también las maquetas a miniatura con trenes”.
-César Pineda Dosal. “Cuando el hombre es adulto compra algunos ‘juguetes’ (automóviles, gadgets, joyas) como símbolo de status, pero también hay a quienes les gusta el juego por el juego”.
-Luis Fernando Carmona. “Yo jugaba a las escondidillas”.
-Iván García: «Espadas»
-Jesús Matus. “A botepronto , a las muñecotas (no las mujeres); puede ser desde que nació mi propia hija, durante la mayor parte de su niñez… hasta las amantes a quienes les gusta jugar ese papel”.
Una expo de juguetitos para niñotes
Se trata de una expo para adultos… pero no tiene nada que ver con el sexo. Nos referimos a la Big Toys Expo que se realizó en mayo pasado en el Pepsi Center del WTC, y como su nombre lo indica, se trata de un evento que durante tres días ofreció una amplísima gama de juguetes para niños grandes: yates, navajas suizas, artículos para campismo, relojes, gadgets , videojuegos, tecnología, cómics, coches de control remoto, accesorios para automovilismo y motociclismo, instrumentos musicales, artículos de cacería, parafernalia deportiva, figuras coleccionables, ¡de todo! Y, obviamente, no podían faltar las “conejitas” de Playboy , quienes participaron como edecanes de dicho evento.
¿Qué escuchar?
The Alan Parsons project
En su quinto álbum de estudio titulado The turn of a friendly card, el ex ingeniero de Pink Floyd plasma el sentir de un individuo que lo apuesta todo en un casino como una forma de paralelismo con la vida en la que siempreponemostodo en riesgo.
¿Qué leer?
Retrato de un hombre inmaduro
Escrita por el español Luis Landero, esta novela centra su trama en la última noche en la vida de un hombre de 65 años, quien desde la frialdad de un cuarto de hospital se deja llevar por la memoria para contar, con lujo de detalle, lo que hizo de su vida.
¿Qué ver?
Son como niños
Bastante boba, pero nada disparatada de la realidad, esta película protagonizada por Adam Sandler, Kevin James, Chris Rock, Ron Schneider y David Spade (en la vida real son entrañables amigos) nos enseña que los hombres ¡jamás maduran!
Para reír
Durante un momento de tranquilidad en la sala de la casa, una mujer le pregunta a su marido:
-Rubén, ¿has visto que he comprado un nuevo cepillo para el inodoro?
Y él le responde:
-Sí, pero prefiero seguir
Consultorio (NO) Sexual
Pregunta: jamás pensé que diría esto, pero después de nueve años de casada ya no soporto el infantilismo de mi esposo, quien casi tiene 50 años y todavía sigue coleccionando tonte- rías de Star Wars (todo tipo de juguetes, películas, pósteres, ropa, estampas, etcétera). Es tal su obsesión que incluso acude a convenciones sobre este tema sin importarle hacer el ridículo, porque son eventos a los que ya sólo van niños y jovencitos. ¿Acaso todos los hombres son así?, ¿qué les pasa?
Teresa Garduño Pech (Mérida, Yucatán)
Respuesta: definitivamente casos así son dignos de profundo análisis psicológico, sin embargo habría que contemplar ini- cialmente las verdaderas causas por las que te sientes molesta por el hobby de tu marido. Quizá te sientes un poco celosa porque le dedica tiempo a esa actividad.