En todo el mundo hay lugares impactantes que, gracias a su belleza, historia y tradición, pueden dejar una huella profunda en quienes los visitamos, como son Estambul y Capadocia.
Estos sitios son capaces en pocas horas de “regalar” una postal visual inigualable a los que decidimos pisar sus calles, degustar su comida y descubrir sus secretos.
Yo estoy enamorada de estos lugares.
Un imán turístico
Estambul puede enamorar desde un inicio con su geografía llena de mezquitas, con su peculiaridad de que una parte se encuentra en Europa y otra, en Asia, y porque las mujeres por lo regular caminan utilizando burkas y headscarves. Eso sí, algunas portan bolsas y zapatos de diseñadores importantes.
Uno de los grandes símbolos de la ciudad es el Bósforo, un estrecho que divide en dos partes a Estambul, conectando al mar de Mármara con el Mar Negro, y separa Asia de Europa. Pasear por éste fue una parada obligada para observar desde el agua la hermosura de las construcciones de la ciudad y cómo se desarrolla la actividad pesquera del lugar. Llamada Constantinopla en la época del Imperio Romano y Bizantino, Estambul tiene maravillosos lugares para visitar, como la Mezquita Azul (mi favorita), la mezquita de Suleyman ( favorita de mis hijas) el Mercado de las Especias, el Palacio de Topkapi, la Torre Gálata y la antigua basílica (hoy museo) Hagia Sophia. Todos ellos con enorme riqueza histórica y, sobre todo, visual. De hecho, debo decir que entrar a las mezquitas es una experiencia muy espiritual e impactante. Sus enormes cúpulas, su iluminación y las personas haciendo reverencias es una postal que permanecerá en mí por siempre. Estambul tiene e inyecta vida, pues es una ciudad con mucho movimiento, sobre todo en cuanto a comercio y comida, ya que la cocina turca es considerada una de las más ricas del mundo gracias a sus recetas milenarias.
El pescado en las cartas no puede faltar, debido a que la región está rodeada por mares; sin embargo, la carne es, sin duda, el fuerte de Turquía.
El platillo estrella es el kebab (carne asada), y una gran opción es el Testi Kebab, que se hace en un recipiente que se rompe al servir.
Pero también se puede degustar en los restaurantes un sabroso pollo con miel y el Lüfer (pescado azul del Bósforo). Para acompañar, además del té (el más recomendado es el de manzana, que se consigue, por supuesto, en el Mercado de las Especias), podríamos probar el Ayran, hecho con yogur, agua y sal. El Raki es un anís turco que suele tomarse durante la cena, y la cerveza Efes es la marca más importante en Turquía.
Pero, ¿cuál es el postre más famoso en Estambul? Por supuesto que la Baklava, mundialmente conocida y elaborada con frutos secos triturados, pasta de filo y jarabe de miel, y suele estar cubierta de nueces o pistache.
Otra cosa famosa de Turquía es el Kahve (café turco), cuya azúcar se le agrega al hacerlo, y hay tres posibilidades para tomarlo: sade (sin azúcar), orta (estándar) o sekerli (dulce).
Un caprichoso paisaje
No lo puedes creer. Capadocia es de eso lugares que te preguntas cómo es que existen, pues la imaginación se queda corta cuando tus ojos están frente a ella. ¿La razón? Tiene una formación geológica única con casas e iglesias excavadas en las rocas.Capadocia es una región de Anatolia central, en Turquía. No es una ciudad como tal, sino una zona conformada por varias partes de diversas provincias, entre ellas Kayseri, Aksaray y Nevsehir.
Lo que maravilla es su “anatomía”, pues, a primera vista, todo pareciera un área de rocas o montañas, pero si uno fija la vista se puede dar cuenta que dentro de éstas hay cavernas, casas y distintas construcciones.
De hecho, esta zona servía, hace muchos años, como refugio; aquí se escondían pueblos enteros durante las invasiones, pues incluso se llegaron a construir ciudades subterráneas de hasta nueve niveles, como Kaymakli.
Capadocia siempre ha sido una zona muy turística, sobre todo en el siglo XX, y hoy es una región con una revitalizada industria textil, artesanal y gastronómica.
Estamos hospedados en el hermoso hotel Fresco Cave Suites & Mansions, mismo que ha sido restaurado y ofrece habitaciones en forma de cueva y habitaciones al estilo de una mansión histórica, con frescos originales del siglo XIX en las paredes.
Magnífico servicio, deliciosa comida y vistas excepcionales desde nuestra habitación.
El Fresco Cave Suites & Mansions está situado en la histórica región de Capadocia, en medio de patrimonio cultural y chimeneas de hadas. El centro de Ürgüp se halla a solo 150 metros del establecimiento, mientras que el aeropuerto de Nevsehir Cappadoccia queda a menos de 50 km de distancia.
Hemos visitado en estos días de ensueño:
La ciudad subterránea de Kaymakli
El pueblo troglodita de Uschisar
El valle panorámico de Esentepe
El valle panorámico de Pasabagi (de los monjes)
El valle panorámico de Devrent; El valle de Devrent (de la Imaginación)
El pueblo troglodita de Cavusin
Sus recetas culinarias son la mezcla de varias culturas (como lo es toda Turquía), pero se puede afirmar que la cocina de la región se basa principalmente en la carne, las verduras, los lácteos, el grano y las especias.
Una de las cosas que más me fascinó fue que muchos anatolios emplean para cocinar un horno llamado tandoor, que es una especie de vasija de barro. Además, en invierno, éste les sirve para calentar la casa.
La comida que se prepara en un tandoor tiene un sabor especial, debido a la leña, y se pueden degustar gracias a él sopas y todo tipo de carnes.
Entre los platillos tradicionales de Capadocia está el trigo turco llamado bulgur (parecido a nuestro arroz) y el Börek, una especie de empanada.
La masa del Börek se suele rellenar con queso, berenjena, espinacas y carne de ternera o cordero.
Las ensaladas también son habituales, siendo la más popular la Ensalada del Pastor, con lechuga, tomate, pimiento y perejil.
En cuanto al postre, se puede comer el kayak (una especie de membrillo elaborado con calabaza, azúcar y nuez moscada), el sekerpare (lionesa con helado por encima) y la baklava.
También hay que resaltar que Capadocia tiene una tradición vinícola muy arraigada, aunque sus vinos tintos, blancos y rosados aún no gozan de tanta fama mundial. Por supuesto, sus uvas son empleadas para hacer exquisitas mermeladas.