Las copas se catan, como los vinos.
Saber de vinos no es suficiente para saber apreciar un excelente producto en la boca.
No son pocos los que saben que en la cata de vinos hay un antes y un después de Riedel.
Riedel es el apellido de la mayor dinastía mundial de cristaleros, que tiene sus talleres y sus laboratorios de desarrollo en Austria. Pero lo que ha hecho famosos a los Riedel (a tal punto de ser hoy la única referencia internacional de copas) no ha sido sólo la calidad de su cristal, sino el formato de las mismas.
Aunque suene insólito, de acuerdo a la forma de una copa varía en la boca considerablemente el sabor de un vino.
La casa austríaca comenzó en los años 60 a desarrollar la serie sommeliers que desde entonces ha sido reconocida como el patrón de calidad de copas para vino.
Hoy, la serie reúne a más de veinte productos, cada uno diseñado para realzar un tipo particular de vino o bebida alcohólica. La forma de cada copa está diseñada para dirigir el flujo de líquido a la correcta «zona de sabor» de la lengua, asegurando de esta manera una balanceada experiencia del gusto. Esta innovación brillante ha permitido abrir una nueva dimensión de placer a los amantes del vino.
Es un trabajo digno de la NASA. Lejos de pensar en caprichosas formas, cada copa lleva un proceso de estudio e investigación muy exhaustivo sobre la compleja relación científica entre las distintas variedades de uva y las formas de las copas.
Con este concepto, el actual presidente de la firma, Georg Riedel organiza permanentemente reuniones de trabajo y degustaciones con bodegueros y expertos de todo el mundo. «¡Las copas Riedel no se proyectan por computadora!», afirmó en cierta oportunidad Robert Parker, una de las más grandes autoridades en el mundo del vino.
Este mismo proceso se llevó a cabo hace un tiempo atrás en México, cuando Riedel y las principales tequileras diseñaron juntos la Copa Riedel de Tequila, un receptáculo maravilloso que supera a cualquier otra elemento para degustar el hijo del agave.
Las copas de vino Riedel son técnicamente perfectas para degustar vinos, champagnes y cavas. Por su técnica, funcionalidad y diseño las copas de vino de Riedel son consideradas a nivel mundial como el instrumento idóneo para degustar los vinos y licores de calidad.
La familia Riedel ha estado en el negocio desde hace más de 300 años, con 11 generaciones manteniedo su empresa intacta.
La historia de Riedel comenzón en 1678 en la parte norte de Bohemia, en la frontera de Schlesia – hoy República Checa y Polonia-. Esa parte de Bohemia era un enclave de donde se hablaba alemán, de conocido como Sudetenland.
Los venecianos trajeron el conocimiento del arte de la creación de copas desde Medio oriente alrededor del año 1000 d. C. Eta especie de arte se esparció lentamente hacia la parte norte de Europa en busca de energía, algo esencial para fundir el vidrio. Teniendo la madera como fuente, los productores de vidrio migraron hacia los lugares donde había bosques. Gracias a esta migración, la cultura del vidrio se desarrolló en Bohemia en el siglo 17.
Georg Riedel en México
El día de hoy, Riedel está encabezado por Georg Riedel, perteneciente a la décima generación. Este gran personaje habla con pausa y aplomo y con cada frase roba sonrisas y miradas de apoyo.
Sabe conquistar a su público en cada cata, con una seductora pedagogía.
«El vino huele y sabe diferente según la forma del recipiente en que se beba. Unos labios estrechos de la copa conducen el líquido a la punta de la lengua y el final del paladar, donde sabe más dulce y suave; mientras que una ancha lo hace pasar por los lados, reforzando el cuerpo de los vinos delicados o muy viejos», explica Riedel, el mejor amigo del vino.
Sus profundos ojos azules esconden la sabiduría del cristal.
Un estilo cordial, una mirada seductora y un tono de voz que atrapa la atención de cualquiera. Así es Georg Riedel, el nombre y el apellido de una de las familias más tradicionales en la historia de las copas.
Georg Riedel estará el día 4 de junio en México para demostrar nuevamente que es el indiscutible rey de copas, para dar unas gotas de su sabiduría en una magna cata en el hotel St. Regis, a las 20:00 horas, en donde seguramente seducirá a los amantes de vino.
Los asistentes tendrán una experiencia única e irrepetible con la presencia de este gran señor, además de probar vinos con 90+ puntos Parker y llevarse a su casa 3 copas Riedel de la línea Vitis.