Cuando se vive en una relación de pareja tarde o temprano (justificada o injustificadamente) a hombres y mujeres por igual se nos desarrolla lo que yo llamo el «síndrome del detective», el cual nos convierte, gracias a la desconfianza, los celos y la duda, en unos verdaderos sabuesos capaces de husmear hasta en lo más recóndito de las vidas de nuestr@s novi@s y/o espos@s con el único objetivo de descubrir si nos están siendo fieles o si somos víctimas de una infidelidad.
Pero ¿qué pasa cuando (efectivamente) nos están «poniendo los cuernos»?, ¿cuál es el paso a seguir?, ¿cómo debemos reaccionar ante tal humillación?, ¿sabemos el precio que deberemos pagar por andar jugándole al Sherlock Holmes y creer que hemos sido contratados por Scotland Yard para vigilar día y noche todos los pasos de nuestra pareja?
Sinceramente no es asunto sencillo tomar una determinación cuando descubrimos que somos víctimas de un engaño. Porque si en el «detective» (hombre o mujer) no sólo hay desconfianza o duda, sino también un inmenso amor por aquella persona que le engaña, se vuelve en una cuestión complicadísima dar el paso siguiente: ¿confrontarl@, reclamarle y terminar fulminantemente con la relación?, ¿hacer de tripas corazón, guardar silencio y hacer como si no hubiera pasado nada (porque estamos muert@s de miedo ante la posibilidad de perder para siempre a esa persona)? ¡¡¡¿¿¿Qué hacer???!!! ¡¡¡¿¿¿Qué hacer???!!!
Hay que ser muy cuidadosos cuando gracias a nuestra curiosidad (justificada o injustificada, insisto) nos conminan a investigar clandestinamente todos los reductos de la vida privada de aquella persona con la que compartimos una relación. Porque, por ejemplo, aunque está comprobado que el 60% de los hombres matrimoniados son infieles y al mismo tiempo viven felices con sus esposas, hay un 40% de probabilidades de que el hombre con el que compartimos nuestras vidas tenga dentro de su escala de valores la lealtad y el respeto a su mujer.
Definitivamente existen infinidad de señales a escudriñar para darnos cuenta si nuestr@ novi@ o espos@ nos están engañando. Puede ser que en fechas recientes se esmere más en su aspecto personal o que repentinamente tenga más trabajo que antes; también puede ser que ya no suelta para nada su teléfono celular y que lo lleve consigo hasta cuando va al baño o que inexplicablemente su computadora ahora tiene clave de acceso… sin embargo, nada de esto sustituye lo más elemental que debe existir en una relación de pareja: la comunicación. Si tienes sospechas de que te está siendo infiel, no pierdas la dignidad haciendo cosas verdaderamente reprochables y mejor habla con él/ella.
Pero si tus ansias detectivescas ya te llevaron a buscar y con las pistas efectivamente encontraste que sí te engañan, toma al toro por los cuernos y enfrenta la situación. No te quedes callad@ y vivas en silencio una situación que puede orillarte a ejecutar la Ley del Talión («ojo por ojo…») y tu relación termine hundida en el cinismo y el desinterés.
Y no olviden que todos los sábados los espero en punto de las 23:00 horas en su programa «Exclusivo Para Hombres», que se transmite por Telefórmula (121 de Cablevisión y 121 de Sky).