Aún tengo el delicioso sabor de boca de una reciente cata que se realizó hace unos días, en donde unas burbujas transparentes fueron las protagonistas de esa tarde, así como unos maravillosos vinos españoles.
Esas refrescantes y chispeantes burbujas fueron las del agua mineral S. Pellegrino, una sociedad productora de bebidas más antigua de Italia. Se fundó el 21 de mayo de 1899 y desde entonces se ha dado a conocer en Italia, Europa y del otro lado del Atlántico. Lleva más de un siglo presente en las mejores mesas del mundo, no sólo por su consagrada fama sino por su gran calidez y pureza.
Esta agua brota en los Alpes lombardos en un nacimiento próximo a la ciudad de Bérgamo. Nace a más de 700 metros de profundidad del manantial Sanpellegrino, descubierto en el siglo XIII.
Está armoniosamente mineralizada y delicadamente gasificada, y es la elección ideal para acompañar comidas dándoles un toque de refinamiento.
S. Pellegrino acompaña perfectamente la gastronomía de sabores intensos; un buen vino con cuerpo, un corte de carne o un queso fuerte al paladar. Su combinación única de minerales le ha dado su reconocimiento y ha deleitado a los gourmets más exigentes.
¿Por qué tomar agua mineral? Y si es S. Pellegrino, mejor…
Beber agua mineral natural ayuda a tu salud y bienestar. Es un alimento que ayuda a llevar una vida saludable: además de hidratarnos, favorece la digestión y contribuye a depurar nuestro organismo, ayudándonos a eliminar desechos y sustancias nocivas. Y todo esto sin aportarnos calorías, es cien por cien natural y tan pura que no requiere tratamientos químicos ni microbiológicos para su consumo.
Si nos preocupa nuestra salud, tenemos que preocuparnos también de la calidad del agua que bebemos. En este sentido, las aguas minerales naturales son aguas de una pureza única, de origen subterráneo y protegidas de toda contaminación. Se envasan tal y como se extraen de la naturaleza y, fundamentalmente, son aguas que no necesitan tratamientos químicos ni microbiológicos para su consumo, lo que las convierte en una bebida única y de lo más conveniente en nuestro día a día. De hecho, únicamente este tipo de aguas pueden llamarse «minerales naturales», una denominación que solo y exclusivamente concede la administración, tras exhaustivos controles y que debe publicarse en el BOE.
Con minerales y oligoelementos beneficiosos para nuestro organismo. Una de las características principales de las aguas minerales naturales es que nos aportan minerales y oligoelementos beneficiosos para nuestra salud, que variarán según en tipo de roca por la que discurran, la profundidad y el tiempo que permanezcan en el subsuelo.
Consumo diario: Dos litros al día de agua mineral natural aportan a nuestro organismo más de 20 minerales oligoelementos.
Naturaleza a tu alcance: Los modernos procesos de embotellamiento, transporte y almacenaje garantizan que mantenga todos sus beneficios.
Ideal para cuidarse: Sus bicarbonatos facilitan la digestión, el magnesio ayuda al crecimiento, los fluoruros refuerzan los huesos.
Para cada comida: Al igual que el vino, hay un agua mineral para cada plato. En España existen más de cien tipos distintos de aguas envasadas.
El milagro del agua mineral: Este líquido esencial aporta muchos beneficios y se conserva intacto del manantial a la mesa.
Sin agua, nada vive y nada crece. Y la ciencia corrobora esta máxima aplicada al ser humano. Ahora sabemos que regula la temperatura corporal, transporta nutrientes, elimina toxinas, conserva en buen estado las articulaciones y la piel…. Una forma de administrar esta «medicina» son las aguas minerales naturales. Son de origen subterráneo y, a diferencia de la del grifo, llegan al consumidor con su composición y pureza originales. Existe una para cada persona (son más o menos bicarbonatos, sulfatos, calcio, sodio…) y para cada comida (con ensaladas, por ejemplo, lo ideal es una ligeramente gasificada). Hay todo un mundo por conocer alrededor del agua y formamos parte de él. Somos agua.
Compañeros perfectos
Para acompañar a S. Pellegrino estuvieron dos magníficos vinos de bodega Torres.
Los terrenos de Miguel Torres son una bodega familiar que desde el siglo antepasado -fundada en 1870- ha sido la gran impulsora de la viticultura moderna de Cataluña. El apellido Torres está ligado al vino desde hace más de tres siglos, cuando sus antepasados se asentaron en el Penedès, tierra vinícola desde la época fenicia. Definitivamente, al hablar del Penedès y sus vinos tintos hay que citar a la familia Torres.
Hoy, Torres cuenta con más de 1,300 ha de viñedos propios y, sobretodo, con presencia en más de 140 países en los que el nombre Torres se asocia a algunos de los mejores vinos del mundo.
El castillo de Milmanda del siglo IX fue propiedad de los monjes de la orden del cister que lo utilizaban como granja fortificada. En un tiempo fue frontera entre la cristiandad y el mundo árabe. Milmanda. Años de pacientes investigaciones han dado como resultado el Milmanda, una compleja y armoniosa combinación de aromas, un vino elegante, noble y de gran linaje. Milmanda formaba parte de una ruta de castillos medievales que daban cobijo a los cristianos en tiempos de reconquista. Con el siglo XII llega la paz a estas tierras y con ello se reinicia el cultivo de la vid. Al pie de este castillo, la familia Torres cultiva hoy la variedad Chardonnay. Este vino de finca está fermentado y criado en barrica de roble francés.
El vino es de bello color amarillo dorado. Aroma muy intenso y complejo con notas frutales (cítricos, y compota de melocotón) sobre fondos de vainilla muy finos. Paladar graso y muy amplio, con excelente acidez y agradable expresión de las notas frutales del aroma.
El otro de los vinos que probamos fue el El Mas La Plana, el cual nació en 1970, a partir de la primera cosecha de Cabernet Sauvignon, noble variedad cultivada en 1966 en la Finca de Mas La Plana, ubicada en Pacs del Penedès.
Un pequeño viñedo de 29 ha., donde se cultivan las más selectas uvas de Cabernet Sauvignon, da vida al más prestigioso vino tinto de Torres, reconocido mundialmente y de producción muy limitada.
La añada 1970 triunfó en las Olimpiadas del Vino de París sobre los más famosos vinos del mundo. Este triunfo se ha visto refrendado, en los últimos años, con numerosos premios internacionales.
Este vino posee un itenso aroma que manfiesta la tipicidad clásica del terruño de Mas La Plana, junto con notas de trufa, pan tostado y confituras de frutos de bosque rojos. Paladar de gran volumen, amplio, con jugosos taninos que evolucionan hacia el equilibrio y la elegancia.
El lugar elegido para este evento fue Les Moustaches, uno de los restaurantes más prestigiados de México, condecorado con el Five Star Diamond Award que otorga The American Academy of Hospitality Sciences, orgnanismo internacional que premia a lo más selecto del gremio gastronómico en el mundo por su excelente comida, servicio, calidad, actitud y hospitalidad.