Están por todas partes y vienen en todas las presentaciones que te puedas imaginar. Los encuentras bajo tu propio techo, en tu centro de trabajo, en tu escuela, en tu colonia… se trata de los temibles vampiros emocionales. Sí, esos que en lugar de chuparte hasta la última gota de sangre prefieren extraerte tu energía, tu entusiasmo, tu tranquilidad, tus sueños y tu vida misma.
Se presentan ante ti como las personas más adorables del universo. Son amables, atentos, acomedidos, solidarios, cariñosos, detallistas, protectores, siempre listos a dar lo mejor de sí mism@s para que te formes el mejor concepto posible sobre ell@s; sin embargo, estas personas (consciente o inconscientemente) son proclives a lastimar, a depredar, a devastar y a destruir a todos aquellos que ilusamente les permiten acercarse lo suficiente como para que puedan cumplir con su misión saboteadora.
Son pasivo-agresivos y sin que te des cuenta en una primera instancia su comportamiento tiene como objetivo violentar la cotidianeidad de l@s que l@s rodean con actitudes y palabras que, como si fuera una contundente gota de agua que no cesa de golpear la roca, terminan por cumplir su misión envenenadora.
Puede ser tu jefe en la oficina, tu pareja (espos@ o novi@), algun@ de tus herman@s o alguno de tus padres, ¡incluso tu mejor amig@! y el principal rasgo de la personalidad de estos individuos es que son sistemáticamente negativos. ¿Un ejemplo? En lugar de halagarte por algo bueno que ocurra en tu vida, siempre encuentran el punto negro en una situación (aunque no exista) y te carcomen a grado tal que te hacen sentir devastad@. Son de naturaleza hiriente, agresiva, inflexible y cuando los contradices tienden a estallar en ira. Sí, ¡son personas tóxicas y sumamente crueles con sus comentarios!
Los vampiros emocionales afectan de diferente forma a quienes se atreven a permitirles proximidad (física y/o sentimental). Hay quienes al convivir con ellos se sienten cansados, malhumorados, estresados e incluso manifiestan molestias físicas como dolores musculares, dolores de cabeza agudos e incluso gastritis. ¿Cómo es que este tipo de gentes son capaces de tanta destrucción y animadversión a su alrededor? Simple: porque son personas que cargan muchísima negatividad, resentimientos, envidias, celos, críticas, frustraciones y deseos por ser aprobados y llamar la atención; pero con sus actitudes lo que consiguen es todo lo contrario, porque quienes están cerca de ell@s tarde o temprano levantan una muralla de rechazo y se alejan inmediatamente de su presencia.
Chicos y chicas, si ustedes consideran que en su vida existen una o varias personas que por sus características encajan en la denominación de «vampiros emocionales» lo mejor que pueden hacer es huir de inmediato y poner kilómetros de por medio de tan nefastas compañías. Porque nada, absolutamente nada, vale su tranquilidad y estabilidad. Y si, por el contrario, son ustedes los «chupasangre», ¡por favor! hagan todo lo posible por erradicar todas esas feas actitudes de su vida (si es necesario acudan a terapia psicológica) y comiencen a vivir la vida como se debe: con entusiasmo y buen semblante. De lo contrario, su destino es acabar completamente solos y repudiados.