Depende del cristal con el que se mire y de qué tan amigo seas de ese hombre que se separó de la mujer que te trae «cacheteando las banquetas»…
Sin embargo, entre los hombres (cuando realmente son amigos) existe una especie de «código de honor» respecto a este tema y, pase lo que pase, para ellos la mujer del amigo ¡es intocable! Podrán ser infieles, mentirosos, insensibles, egoístas, incluso implacables como enemigos… pero cuando se trata de acercarse a la ex pareja de su «cuatacho del alma» son punto y aparte.
Yo no sé si se trate de machismo, de respeto genérico o de moral viril, pero lo que sí es un hecho es que en esta cuestión los varones son más sólidos que las mujeres, porque no es nada fácil encontrar a un caballero «pedaleándole la bicicleta» a un amigo y tras intercambiar opiniones con varios varones llegué a la conclusión de que éste es un tema en el que su criterio está completamente unificado. Habiendo tantas mujeres en el mundo, dicen, serían incapaces de traicionar a sus compañeros de aventuras.
¿Incomprensible, verdad?
Por lo regular, en este tipo de situaciones entran en juego los principios morales, la educación, la religión e incluso las perversiones de cada quien. Sin embargo, cuando el dichoso «código de honor» se quebranta es porque definitivamente la atracción entre el amigo y la ex es muy fuerte o incluso porque el sentimiento mutuo que se profesan es amor del bueno. Pero, eso sí, casos así se cuentan con los dedos de una mano.
Lo importante aquí es balancear una cuestión muy simple: ¿Qué tan atraídos se sienten por esa mujer que fue pareja de su mejor amigo y qué tanto vale para ustedes su vínculo con éste? «¿Amor o amistad?» He ahí el dilema.