La industria cervecera artesanal mexicana se enfrenta a diversos retos fiscales y empresariales como altos costos de producción, acceso a los insumos, ausencia de la regulación pertinente y la competencia directa de las grandes empresas cerveceras; todos estos desafíos se combinan con el enorme reto de lograr que mejore la cultura del consumo de cerveza.

La consultora Deloitte divulgó el estudio “La Cerveza Artesanal. Una experiencia multisensorial” con el que busca ofrecer un panorama del entorno en el que se está desenvolviendo esta industria, además de ofrecer un análisis de los hábitos de consumo de los participantes y, mostrar las perspectivas y la visión de los productores.

México, el principal exportador de cerveza del mundo, tuvo ventas en el 2016 por 2,814 millones de dólares, un alza de 10.7% frente a lo logrado en el 2015. La cerveza mexicana tiene presencia en más de 180 países a nivel mundial y los principales destinos de la cerveza nacional son Estados Unidos, Australia, Chile, Canadá, Reino Unido y Brasil. En términos simples una de cada cinco cervezas exportadas en el mundo fue producida en México. En lo que a producción mundial de cerveza se refiere, México ocupa el cuarto lugar por detrás de China, Estados Unidos y Brasil, pero superando a Alemania y a Rusia.

Como industria local, genera 55,000 empleos directos y alrededor de 2.5 millones de empleos indirectos. La cerveza domina el mercado de las bebidas alcohólicas y representa el 80% de las ventas totales de este sector y se tienen registrados un millón de puntos de venta de este producto a lo largo y ancho del territorio nacional.

Según la encuesta realizada por Deloitte para este estudio, en la mente de los consumidores el producto con alcohol favorito de los mexicanos es la cerveza industrial (53% de preferencia), seguida por la cerveza artesanal (14%) y el tequila (10%), un logro inmenso para la cerveza artesanal.

Durante la última década del siglo pasado iniciaron los esfuerzos por incluir las cervezas artesanales en la oferta de este mercado, pero fue hasta el 2011 cuando empezó a notarse un crecimiento sostenido, con lo que México también se colocó como el principal exportador de cerveza artesanal del mundo, según Deloitte. En el territorio nacional el comercio de cerveza artesanal está íntimamente relacionado con el mercado “Gourmet”, un área de alta expansión.

Este es uno de los logros más significativos para los productores que sufrían con la poca cultura de consumo de este tipo de productos pero a la postre lograron inculcar el gusto en el paladar mexicano ligándolo a la percepción de que este producto derivado de diversos granos puede maridarse con los alimentos, al igual que el vino. Esta estrategia es la razón por la que se asocia el consumo de cerveza artesanal con productos “Gourmet” para crear una experiencia completa.

Este sector emergente aún encuentra un poco de resistencia de parte del consumidor mexicano. Los consumidores de cerveza artesanal están dispuestos a probar la cantidad de matices, densidades, sabores y aromas que permite múltiples combinaciones e interpretaciones que contribuyen a que los consumidores disfruten de un buen maridaje y la experiencia que ello conlleva y al mismo tiempo están dispuestos a pagar un precio mucho mayor que el de una cerveza industrial.

Según la encuesta de Deloitte, los que no están dispuestos a asumir el costo más elevado de una cerveza artesanal, entienden las diferencias de sabor pero no consideran que puedan justificar el precio.

Los productores de estos bienes admiten que el precio es un factor determinante para el consumo de este producto, sin embargo no es el más importante. Según Deloitte, este factor corresponde a la dificultad para encontrarlas. Sin embargo esto no ha minado la expansión de este tipo de negocios, de hecho, todo lo contrario.

Para los productores en esta industria de creciente auge, el mayor obstáculo son las limitantes en cuanto a estímulos fiscales se refiere, según Deloitte, pero no es el único. Según la Asociación Cervecera de la República Mexicana (Acermex), en México existe una desproporción en la carga fiscal que se incluye en el precio de estas bebidas, ya que en Estados Unidos, las cervezas industriales pagan más impuestos que las artesanales, mientras que en nuestro país la cerveza industrial paga 3.50 pesos por litros de impuestos y las artesanales entre 10 y 12 pesos por litro, según la ley del Impuesto Especial Sobre Productos y Servicios (IEPS) que grava a las cervezas con el 26.5% del precio de venta.

Desafortunadamente, pese al crecimiento del sector, es que aún no existe una regulación. La definición de la cerveza artesanal en México se basa en la Ley de la Pureza Alemana, sin que exista una disposición de regulación oficial. Para solucionar este problema, se necesita constituir un consejo regulador que defina las reglas y características de las cervezas artesanales, para que se vigile la calidad y que las empresas operen bajo los confines de la ley.

Según los productores entrevistados por Deloitte esta industria se vio afectada por el aumento del precio del dólar en relación con la del peso, junto con la incertidumbre que se crean por los cambios de políticas económicas que pueda tener Estados Unidos con México. Los costos de producción de las cervezas artesanales se disparan debido al encarecimiento de los insumos que se requieren para la fabricación, que aunque inicialmente son los mismos que las cervezas industriales, el valor agregado de ingredientes hace que se encarezca la mezcla final.

Consumir cerveza artesanal en México es una experiencia para los consumidores, sin embargo requiere de trabajo continuo, sobre todo para enfrentar la férrea competencia en el sector. Actualmente las dos grandes cerveceras mexicanas ocupan más del 99% del mercado mexicano, según las cifras de Deloitte.

Pero los productores mexicanos tienen una buena posibilidad de competir en el mercado nacional y aventurarse a competir en el mercado internacional. En el 2015 el mercado de cerveza artesanal internacional estaba valuado en 85,000 millones de dólares, según un reporte de Grand View Research. Pero el potencial del sector para el 2025 está estimado en 502,900 millones de dólares, según el mismo estudio. El 65% de la producción mundial se concentra en países como Australia, Bélgica, Alemania, Estados Unidos y Nueva Zelanda. Según un reporte de Alltech, existen en el mundo 10,000 cerveceras artesanales, pero el 86% de ellas se concentra en Estados Unidos y Europa.

La estrategia en México de ligar este producto al mercado “Gourmet” ha funcionado, pero conlleva un compromiso ineludible con la calidad, la preparación, la innovación, de manera que siga aumentado la cultura del consumo de cerveza, que incluye el que los consumidores se involucren activamente en el proceso de la fabricación, así como en el consumo rodeado de la gastronomía. Un punto que coincide con la encuesta de Deloitte, en la que se encontró que los mexicanos quieren involucrarse más en este sector y no sólo en el consumo per sé.

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