Dado el reciente fallecimiento de don Óscar Baylón Chacón y como un respetuoso homenaje a su memoria, comparto con los amables lectores el siguiente fragmento del libro “Tijuana. Patria, Revolución e Identidad” (ILCSA, 2019), en el cual tuve la oportunidad de referirme a su paso por la administración pública de la región.

Óscar Baylón Chacón nació en el estado de Chihuahua en 1929, el mismo año en el cual los militares sobrevivientes al movimiento de la Revolución mexicana fundaron el Partido Nacional Revolucionario (PNR), nombre original del otrora invencible partido tricolor.

Don Óscar obtuvo el grado de ingeniero agrónomo por la Escuela Superior de Agricultura “Hermanos Escolar” de la Heroica Ciudad Juárez, Chihuahua. Ocupó el puesto de director de obras públicas durante el H. I Ayuntamiento del Municipio de Tecate (1954-1956); presidente municipal del H. III Ayuntamiento de Tecate (1959-1962); director de Obras y Servicios Públicos en el gobierno del Territorio Norte (1950-1952) y del estado de Baja California (1952-1959). También se desempeñó como presidente del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional; fue director general de Catastro estatal (1963-1965), presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales en Tecate (1964-1965), diputado local en la H. V Legislatura de Baja California (1965-1968), coordinador de campaña de Milton Castellanos Everardo como candidato a gobernador (1971); oficial mayor del Gobierno estatal (1971-1977) y senador de la República (1976-1982).

Fue nombrado gobernador sustituto del Estado Libre y Soberano de Baja California por la H. XII Legislatura del Congreso local, ejerciendo dicha encomienda entre el 6 de enero y el 31 de octubre de 1989. Durante sus nueve meses de gobierno dio seguimiento a las obras del acueducto Río Colorado-Tijuana, particularmente a la planta potabilizadora de El Florido e invirtió 176 millones de pesos en la central termoeléctrica de Rosarito II y en la geotérmica de Cerro Prieto.

En Tijuana, para mediados de 1989 estaban en construcción la carretera de cuatro carriles a Playas de Rosarito, el bulevar Ferrocarril, el acueducto El Florido-Otay y el puente de Las Américas. De igual manera, el 31 de marzo de ese año, creó el Instituto de Cultura de Baja California (ICBC) como organismo descentralizado de la administración estatal que agrupa el sistema de bibliotecas, el Teatro del Estado, las galerías y museos estatales, el cual, actualmente, cuenta con espacios en los seis municipios y atiende miles de niños, jóvenes y adultos bajacalifornianos.

Ese mismo año, fue nombrado presidente honorario del Comité Organizador del Centenario de la fundación virtual de la ciudad de Tijuana, el cual se conmemoró el 11 de julio de 1989, durante la gestión municipal de Federico Valdés Martínez; además, fue el responsable de la donación del terreno en el cual se erigió el edificio que alberga a la Sociedad de Historia de Tijuana, A. C. Al finalizar su gobierno, entregó la Hacienda Pública sin deudas, heredando finanzas sanas a la administración siguiente.

El domingo pasado falleció quien fuera el último gobernador de extracción priista del siglo XX, dejando un importante legado histórico, político y social para Baja California. Descanse en paz.

Post Scriptum. “La convivencia es vital y darle su lugar a la ciudadanía, y no ser soberbio, no ser grosero”, Óscar Bayón Chacón.

* El autor cuenta con una Maestría en Comunicación Estratégica y es doctorando en Derecho Electoral.

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