El domingo pasado, el periódico Reforma publicó una encuesta sobre las intenciones de voto para la elección de gobernador en el estado de Nuevo León, mismas que se llevarán a cabo en el 2021.

Número uno en las preferencias: Samuel García, posible candidato de Movimiento Ciudadano. Número dos: Víctor Fuentes, del Partido Acción Nacional. Tres: Clara Luz Flores del Partido Revolucionario Institucional. Esos son los tres primeros lugares.

Confieso que nunca había oído hablar de ellos. Pero sí de la que aparece en cuarto lugar: Tatiana Clouthier, de Morena. Lo hice porque la hoy diputada federal, a diferencia de los otros tres, ha tenido una carrera política en el ámbito nacional (fue la coordinadora de la pasada campaña presidencial del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador).

Cuento esta historia porque demuestra la brecha que existe entre la política nacional y la local. Los analistas que estamos en la Ciudad de México solemos cometer el error de ver toda la política mexicana desde los ojos capitalinos.

La realidad es que nuestra política tiene muchas diferencias entre lo que sucede en lo federal y lo que sucede en lo estatal, y ni se diga en lo municipal.

Si cometemos esa equivocación y todo lo vemos como si fuera política nacional, hoy observaríamos un país dominado por el presidente López Obrador y su movimiento/partido, Morena. La oposición prácticamente no existiría. Pero no es así en los estados. Cada región tiene una realidad distinta. En Nuevo León, por ejemplo, Movimiento Ciudadano es el que está liderando las preferencias para suceder a Jaime Rodríguez, el primer gobernador independiente de México, con un joven senador, Samuel GarcíaTatiana Clouthier, tan cercana al presidente López Obrador, está en un lejano cuarto lugar a once puntos de diferencia de García.

En este sentido, hoy, la próxima elección de gobernador de Nuevo León no se ve nada fácil para Morena. Creo que así será la lógica para las elecciones intermedias de ese año: la de la política local.

En 2021 elegiremos a los 500 diputados federales, 300 uninominales que se votan en 300 distritos (los 200 restantes por representación proporcional). En esta ocasión, por primera vez en la historia moderna de México, los diputados actuales podrán reelegirse. Difícil prever qué va a pasar, pero tiendo a pensar que, en esta elección, los candidatos locales pesarán más que los partidos nacionales. Está por verse.

Donde no hay dudas es en las 14 gubernaturas que estarán en juego. Ahí se dará, me parece, la verdadera lucha por el poder rumbo a la elección presidencial de 2024.

El presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena pretenden, desde luego, ganar el mayor número de gobiernos estatales para tener una base local sólida que les permita mantener la presidencia por seis años más.

¿Quién va a ganar en cada uno de los estados? Pues depende de los candidatos y su popularidad en cada uno de ellos. En Nuevo León, por ejemplo, García hoy le lleva una buena ventaja a Clouthier. Por increíble que parezca, pero la posible candidata del Partido Revolucionario Institucional, Clara Luz Flores, está incluso mejor evaluada que el propio García. Resulta que el PRI, un partido quebrado a nivel nacional, tiene chance de regresar a gobernar Nuevo León.

En 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador no va a estar en la boleta, aunque estoy seguro que algo se inventará para estar muy presente en la contienda electoral de ese año. Sin embargo, va a tener que luchar contra las más poderosas fuerzas locales que tienen, en cada estado, lógicas e historias muy diferentes. Tan diferentes como las distintas realidades de entidades como Michoacán y Sonora que estarán en disputa ese año.

Otra pregunta es qué tanto pesarán los programas sociales del gobierno federal en elecciones, eminentemente locales, como las de 2021.

Ayer, en este espacio, hacía un recuento de los millones de mexicanos que potencialmente van a recibir un apoyo en efectivo, sin intermediarios, por parte del presidente López Obrador. ¿Será suficiente para apuntalar la candidatura de Morena en lugares como Nuevo León, donde hoy está en cuarto lugar, o los votantes utilizarán otros criterios para elegir a su gobernador como lo demuestran las encuestas?

¿Cada partido presentará un candidato dividiendo la contienda y haciendo que Morena tenga más probabilidades de ganar o habrá algún acuerdo explícito o tácito de no competir entre ellos para ganarle al candidato del partido ahora en la silla presidencial?

Son preguntas que se irán esclareciendo con el tiempo. Por lo pronto, vale la pena reafirmar que no puede interpretarse la política local en México como si fuera igual a la política nacional.

Twitter: @leozuckermann

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