Ayer salió la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), la mejor fuente de información de la que disponemos en México —y en casi todos los países— para medir el ingreso, la pobreza, el gasto y la desigualdad de los mexicanos. Se levanta cada dos años (entre septiembre y noviembre) y se publica el año siguiente, a finales de julio. Ésta corresponde a dos años raros: parte de 2019, y casi todo 2020, es decir, el año de la pandemia. Las comparaciones con años anteriores serán de una gran utilidad, aunque se trata de un lapso único en la historia moderna de México.

Ilustración: Patricio Betteo

Quisiera destacar tres datos interesantes, en el entendido de que en los próximos días se descubrirán muchos más hallazgos. En particular, el Coneval utilizará la ENIGH para darnos estimaciones del incremento —o la disminución— de la pobreza entre 2018 y 2020.

Primero, la desigualdad. De acuerdo con la ENIGH, el coeficiente de Gini, el instrumento más común —no necesariamente el idóneo— para medir la desigualdad en México, mejoró en 2020 (entre más bajo el Gini, menos desigual es un país). Pasó de 0.475 en 2018 a 0.468, una reducción pequeña aunque real. Pero (siempre hay un pero), esto fue sin considerar las transferencias. Si incluimos todas las transferencias que existen en México, el Gini pasó de 0.426 a 0.415, una reducción un poco mayor. Las transferencias incluyen: jubilaciones y pensiones, becas, donativos en dinero, remesas y programas gubernamentales.

Sin embargo (siempre hay un sin embargo), si nos metemos al detalle del Gini, resulta que la desigualdad disminuyó muy ligeramente porque la evolución del ingreso por decil fue rara: los deciles más ricos (X, IX, VIII) vieron disminuir su ingreso por la pandemia, mientras que el decil más pobre (I) vio aumentar su ingreso 1 %, una variación estadísticamente insignificante. Los ricos se vieron menos ricos; los pobres igual de pobres; la desigualdad se moderó microscópicamente por eso.

Hablando de transferencias, en la ENIGH aparece un dato sorprendente, casi inexplicable. Se recordará que en 2020 las remesas procedentes de Estados Unidos alcanzaron casi 40 000 millones de dólares, con un fuerte aumento en relación a 2019: 8.4 %. Pero si nos vamos al rubro “transferencias de otros países” del cuadro  “Ingreso corriente promedio trimestral” de la ENIGH, resulta que la suma disminuyó 1.4 %. Y si sacamos el cálculo de cuánto sumaron las transferencias de otros países —es decir, las remesas—, de los 35.7 millones de hogares, apenas llegamos a unos 3000 millones de dólares (el cálculo lo realizó mi amigo Rolando Ocampo, ex subdirector del Inegi). En otras palabras, menos del 10 % de las “remesas” contabilizadas por Banxico llegaron a los hogares mexicanos. No es, por cierto, la primera vez que sucede: en 2016 y 2018 ocurrió lo mismo, aunque en menor escala. Hay varias explicaciones plausibles (subreportaje, por ejemplo), pero lo que muchos especialistas sospechan es que las remesas que tanto cacarea López Obrador pueden incluir grandes cantidades de recursos del narco.

Una tercera reflexión que inspira la ENIGH proviene del trabajo a bote pronto realizado por el Instituto de Estudios sobre Desigualdad. Reproduzco unas cuantas. Entre 2018 y 2020, los hogares beneficiarios de programas sociales pasaron de 28 % a 30 %, un aumento microscópico, nuevamente. En 2020, sólo el 37 % del 10 % de los hogares más pobres se vieron beneficiados por los programas sociales del nuevo gobierno. En 2018, el 60 % de los hogares en el veintil más pobre recibía algo; en 2020, el 38 %.

Por último, si sumamos el total en pesos de todos los programas nuevos (Becas Benito Juárez, Jóvenes construyendo el futuro, Pensión adultos mayores y otros) y lo comparamos con los de antes (Prospera y Pensión adultos mayores), la diferencia es de 36 pesos diarios más, o un dólar con ochenta centavos al día. He aquí, en una primera aproximación, el aumento de los programas sociales de López Obrador frente a los del neoliberalismo: un dólar con ochenta centavos diarios.

Hay mucha más tela de donde cortar en la ENIGH. Pero, para arrancar, podemos conjeturar que la Encuesta mostrará, con datos duros del propio Estado mexicano, cuántas mentiras nos ha contado el gobierno en turno, en tan poco tiempo. Parafraseando a Churchill: “Never in the field of human conflict was so much owed by so many to so few”.

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