La población mexicana en situación económica precaria vivirá la llamada cuesta de enero durante 2021, es decir, durante todo el año, consideró César Salazar López, académico del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

Explicó que en México se vive “una sociedad tremendamente segmentada, las diferencias de ingresos entre familias son abismales entre quienes ganan un salario mínimo o menos, y aquellos que tienen ingresos superiores”.

El especialista dijo que enero se caracteriza por ser complicado en términos económicos por los gastos de fin de año, situación que se agudizó por las consecuencias de las emergencia sanitaria.

“Existe una gran diversidad y hay gente que dado su bajo nivel de ingresos y de precarización vive todo el año una cuesta de enero, esta lucha de ver cómo salir adelante con el ingreso que percibe”, añadió.

 

El experto mencionó que esta situación afecta a un número importante de la población mexicana: “podríamos pensar que todos los que están en pobreza que, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), es de alrededor de 50 por ciento de la población mexicana”.

Salazar López resaltó que el número de mexicanos en esta condición se incrementó significativamente debido a la crisis por la que atraviesa el país.

Existen indicadores para determinar que -además de la pobreza registrada hasta 2018-, en 2019 hubo una pequeña recesión, no hubo crecimiento económico y en 2020, “aunque estamos por conocer el dato de la contracción económica, sabemos que es de alrededor de nueve por ciento”.

“Nuestro sistema económico está dado para intercambiar mercancías y servicios, cuando se frena esa posibilidad la economía se colapsa y eso ocurrió en México y el mundo. Tuvimos un proceso de recuperación en el segundo semestre del año, pero hemos iniciado un nuevo confinamiento y desconocemos cuándo terminará”.

El especialista detalló que actualmente las autoridades manejan la situación de manera distinta al permitir la apertura de mayor número de actividades, el sector informal no ha sido tan afectado como al inicio de la pandemia y probablemente el efecto sobre el empleo y el crecimiento sea menor.

Sin embargo, con el confinamiento en algunas regiones del país se podría registrar nuevamente pérdidas de empleos y mayor precarización de las condiciones laborales.

En ese sentido, César Salazar López resaltó: es una situación a la que se debe poner atención porque el desempleo en el país no muestra las verdaderas condiciones del mercado laboral, toda vez que “la gente se emplea en lo que sea porque requiere de un ingreso, incluyendo la parte delictiva”.

Al abundar en el tema, dijo que durante el tercer trimestre de 2019, 38.5 por ciento de los trabajadores -a nivel nacional- estaban por debajo del ingreso para adquirir una canasta alimentaria, mientras que en ese mismo periodo, pero de 2020, la cifra pasó a 44.5 por ciento. Ese también es un indicador de que la cuesta de enero, para muchas personas, es aún más pronunciada.

A esta situación “debemos agregarle que estamos pasando por la peor crisis económica desde la década de 1930 en México, lo cual todavía lo hace mucho más complicado”, añadió el especialista.

A la caída del PIB se asocia, necesariamente, al incremento significativo del desempleo, “pero también tenemos un mercado informal que representa un 50 por ciento de la población ocupada. Es difícil poder contabilizar exactamente los empleos que se pierden, pero lo que sí sabemos es que se registra una precarización significativa de las condiciones laborales”.

Ante la situación financiera del país, la cual afecta a una parte importante de mexicanos cuyos ingresos se mermaron, recomendó no financiar el gasto corriente mensual del hogar, incluso de bienes durables, con tarjeta de crédito.

Y agregó: si se usa la tarjeta de crédito lo adecuado es pagar, al menos, los intereses y un poco de capital al mes, además ser puntuales en los pagos, ya que las comisiones asociadas a los créditos pueden ser significativas “porque se va acumulando al crédito y se termina pagando una barbaridad que no tuvo que ver con lo que se consumió con la tarjeta”.

Comentó también que un porcentaje considerable de la población no puede acceder a plásticos bancarios, “y si llegara a tenerlo es con tasas de interés sumamente altas, incluso superiores al 100 por ciento anual, eso es muchísimo”.

 

Ante ello, las personas recurren a otro tipo de financiamiento no convencional como cajas de ahorro y tandas, aunque lo ideal es evitar estas opciones para cubrir gastos mensuales de los hogares, pues existe el riesgo de que sean fraudulentas, alertó.

Para el especialista antes de buscar recursos por esos medios, lo mejor es que las familias reestructuren sus gastos, por ejemplo evitar consumir servicios no indispensables para la vida diaria, a fin de economizar.

Además, antes de solicitar préstamos prendarios es indispensable conocer cómo se va a valorar el bien a empeñar, porque mientras más comercial sea probablemente tenga mayor valor; tener información clara de la tasa de interés que se cobrará, hacer los refrendos necesarios, incluso ser cuidadosos de no incurrir en deudas que puedan arrastrarse aún más.

Al concluir, Salazar López afirmó: lo mejor sería que todos tuviéramos un empleo bien remunerado, pero por desgracia no ocurre así, la economía nacional pasa por un mal momento.

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