La decana de la humanidad, la italiana Emma Morano, que cumplió este martes 117 años de vida, se vistió elegante para festejar y no ha perdido la coquetería: «¿Cómo me queda el cabello, estoy bien?», preguntó antes de posar para la histórica fotografía de su cumpleaños.

Pese a que no sale de su casa desde hace 20 años, que casi no ve y oye mal, la mujer más longeva del mundo mantiene una lucidez notable.

«Lo que más me sorprende es su memoria. No olvida nada. Ayer le midieron la presión, tenía 117. Hoy se recordaba perfectamente», contó a la AFP la enfermera colombiana Yamile Vergara, encargada desde hace un año y cuatro meses de cuidar a Morano.

Lo mismo opina su médico, Carlo Bava, quien notó este martes su satisfacción y alegría por el telegrama de felicitaciones que recibió del presidente de la República, Sergio Mattarella.

Para «Mile», como llama Morano a su fiel asistente, el secreto de su longevidad es la risa, el buen humor.

«El buen humor es su terapia. Yo la hago reír y ella me hace reír. Es que la risa es el mejor remedio. Ella es muy cómica, tiene sentido del humor», sostiene Vergara.

«Cuando la llamo «mi bambina» (mi niña, ndr), me responde aveces ‘que niña ni nada, no ve que soy más vieja que Matusalén'», cuenta con tono divertido la colombiana, de 43 años.

– La mujer que ha atravesado tres siglos –

«La mujer que ha atravesado tres siglos», como la han definido, nació el 29 de noviembre de 1899, ha visto pasar 11 papas, tres reyes de Italia y 12 presidentes de la República, aunque le faltan 5 años para batir el récord de la francesa Jeanne Calment, que vivió hasta los 122 años.

Su primer amor desapareció durante la Primera Guerra Mundial, se separó de un marido violento justo antes de la Segunda, cuando no existía el divorcio, y trabajó hasta los 75 años en una fábrica de bolsas de arpillera.

Siguiendo el consejo que le dio un médico cuando tenía 20 años, se alimentó durante casi un siglo a base de tres huevos diarios, dos crudos y uno hervido, con un poco de carne y muy pocas frutas o verduras.

Las galletas le vuelven loca, pero durante una entrevista con la AFP a finales de octubre, no estaba segura de si probaría su tarta de cumpleaños: la de los 116 años le sentó mal.

«La gente viene. No invito a nadie pero ellos vienen. De América, de Suiza, de Austria, de Turín, de Milán… ¡Vienen de todas partes a verme!», exclamó.

Muy independiente, conservó su autonomía hasta los 115 años, a pesar de que ya no salía de su vivienda de dos habitaciones desde hacía 20 años. Además, lleva un año postrada en cama y necesita de una auxiliar de enfermería a tiempo completo.

Su espíritu se mantiene alerta pero se expresa con dificultad, ve demasiado mal como para mirar la televisión y pasa gran parte del día durmiendo.

«El problema es que no duerme de noche. Cambia el día por la noche. Eso es duro», reconoce la colombiana, que festejó con música latinoamericana, merengue y bachata, el cumpleaños de «mi Emma».

«Que bailen y tomen vino», comentó la anciana.

El miércoles se espera que algunos familiares y periodistas, así como la alcaldesa de Verbania, donde reside, Silvia Marchionini, acudan a visitarla.

«Recibió flores. Se vistió bien, estaba contenta. Antes de posar para la fotografía preguntó ¿Cómo me quedó el cabello? ¿Estoy bien?», contó su médico.

Para la ocasión, se interpretará, en su honor, un «viaje musical a través de tres siglos» en el teatro de la ciudad y se presentará una biografía novelada, «La mujer que vio tres siglos», de Renè Papas.

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