Lograr el renacimiento del empleo manufacturero de Estados Unidos será extraordinariamente difícil.

Después de llegar a un récord de casi 20 millones en 1979, el número de trabajadores de fábricas estadounidenses se desplomó en cada una de las últimas cinco recesiones y en cada una de ellas nunca se recuperaron. Hoy en día, 12.3 millones de personas trabajan en fábricas en Estados Unidos, lo que representa una pérdida de casi ocho millones de empleos en comparación con hace 37 años.

Los pronosticadores de la encuesta mensual que realiza el diario The Wall Street Journal entre los economistas dudan que se pueda restaurar el número de años pasados. Quienes estiman que Estados Unidos agregará cerca de siete mil empleos manufactureros para fines de 2017, alrededor de 40 mil para fines de 2018 y alrededor de 50 mil para finales de 2019, de acuerdo con el pronóstico promedio — avanzará en los próximos años, pero a un ritmo exageradamente reducido como para reemplazar lo que se ha perdido.

“El empleo manufacturero ahora está en los niveles de 1941 y sigue cayendo”, dijo James Smith, economista en jefe de Parsec Financial. “Esta es una tendencia global y no es en los absoluto específica de Estados Unidos. Es causada por el crecimiento de la productividad laboral”.

La cifra de Smith sobre 1941 es correcta. En diciembre de ese año, el mes en el que Estados Unidos entró a la Segunda Guerra Mundial, la nación tenía alrededor de 600 mil trabajadores manufactureros más que hoy, a pesar de que la mano de obra estadounidense es, en general, casi el triple del tamaño.

La disminución del empleo manufacturero se convirtió en un tema candente durante las elecciones presidenciales. El presidente electo Donald J. Trump ha prometido renegociar los acuerdos comerciales de Estados Unidos para que los trabajadores estadounidenses estén mejor protegidos de la competencia extranjera. Él viajó a Indianapolis para anunciar que Carrier conservaría cerca de un tercio de los puestos de trabajo de una fábrica de Indiana que previamente iban a ser trasladados totalmente a México.

Sin embargo, muchos de los economistas que participan en la encuesta están de acuerdo con Smith en que la razón más grande por la que trabajan menos personas en las fábricas en la actualidad son los avances hechos en la automatización.

La mejoría en las tecnologías de línea de montaje y el despliegue de robots industriales permiten a los fabricantes estadounidenses producir ahora más bienes que nunca, pero con una mano de obra mucho más reducida. Incluso si todas las tercerías fabriles se interrumpieran de inmediato, el avance de la tecnología ejercería presión constante a la baja en el empleo industrial.

Al preguntarles sobre la causa principal de la disminución de los empleos de fabricación, 47% de los encuestados apuntó a la automatización, mientras que 18% dijo que la automatización y la deslocalización habían desempeñado papeles casi iguales. Cerca de 28% dijo que la deslocalización había sido la principal culpable.

La encuesta de 62 economistas se llevó a cabo del 2 al 6 de diciembre. Los encuestados fueron una mezcla de economistas académicos, financieros y de negocios.

A pesar de tener dudas sobre las perspectivas de la manufactura, fueron generalmente optimistas sobre las perspectivas económicas en los próximos años. Los economistas esperan un crecimiento económico de 2.4% en los próximos dos años, frente a las estimaciones preelectorales de 2.1%.

También esperan que la tasa de desempleo sea un poco menor, y que las tasas de interés y de la inflación sean un poco más elevadas, muchos de los cuales le acreditan dicho impulso a las prioridades de Trump en gastos de infraestructura y recortes de impuestos. Las probabilidades de que haya una recesión en los próximos 12 meses se redujeron ligeramente en la encuesta de este mes a 17%, frente a 20% en la encuesta realizada antes de las elecciones.

No todo el mundo está pesimista acerca del sector manufacturero. Entre los optimistas está Daniel Bachman, el economista senior para Estados Unidos de Deloitte.

“Deloitte cree que la automatización impulsará a Estados Unidos para que se convierta en la nación manufacturera más competitiva en 2020”, dijo Bachmann.

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