Ayer, un hombre de 80 años dijo que buscará reelegirse como presidente de Estados Unidos. Me refiero a Joe Biden. Todo indica que se enfrentará a otro político que hoy tiene 76 años de edad, Donald Trump, quien también ya fue el mandatario de la Unión Americana.

No tengo nada en contra de que adultos mayores sigan participando en política en las más altas posiciones. La experiencia que dan los años de vida es un punto positivo para la gente mayor. Sin embargo, la edad también trae problemas de salud. Se incrementan las probabilidades de impedimentos físicos y mentales debido a enfermedades.

Yo respeto mucho al presidente Biden. Es un político profesional que le ha regresado la dignidad a la oficina del Presidente de Estados Unidos después del periodo nefasto de Trump. Ha gobernado razonablemente bien en un ambiente político muy polarizado. Sí, ha cometido errores como todos los gobernantes, pero también ha demostrado temple y paciencia en la toma de decisiones.

(Aquí quiero hacer un paréntesis para criticar, de nuevo, al presidente Biden por continuar la política de confinar a los migrantes indocumentados en México que comenzó Trump. Ha sido una barbaridad que, literalmente, ha producido decenas, si no es que centenas, de muertos. Eso no es lo que prometió Biden en su campaña presidencial de 2020. Pero, presionado por la oposición republicana, el mandatario estadunidense ha tenido que recular y seguir con una política absurda que le mete mucha presión a México).

Otra promesa que ha incumplido Biden es la de no reelegirse. Él había dicho que sería un Presidente de transición. Que sería un candidato para ganarle a Trump y luego se retiraría después de cuatro años de gobierno abriéndole la puerta a las nuevas generaciones de políticos del Partido Demócrata.

En particular, se esperaba mucho que creciera su vicepresidenta, Kamala Harris, la primera mujer negra de origen asiático en ocupar este cargo. Sin embargo, Harris muy pronto decepcionó al electorado.

Comenzó su periodo como vicepresidenta con una tasa de aprobación alta, del 55 por ciento. En menos de seis meses, ya la desaprobaban más estadunidenses de los que la aprobaban. Hoy sólo le gusta al 40% de la ciudadanía; de ninguna forma tiene la popularidad como para sustituir a Biden como candidata demócrata a la Presidencia. De hecho, no hay ningún político de este partido que le haga competencia a Biden para la candidatura del año que entra. Prácticamente la tiene asegurada el Presidente (hoy cuenta con una probabilidad del 78%, de acuerdo a las apuestas de predictit.org), a menos que sufra un problema grave de salud que le impida competir.

De ser así, la segunda opción de los demócratas sería el gobernador de California, Gavin Newsom, de 55 años de edad. En la banca también se encuentra el actual secretario de Transporte, Pete Buttigieg, quien es abiertamente homosexual y ya compitió por la candidatura en 2020 con no malos resultados.

Del lado republicano, hoy el favorito es el expresidente Trump. Todavía en marzo de este año, el actual gobernador de Florida, Ron DeSantis, de 44 años de edad, le estaba haciendo la competencia al magnate. Pero se desinfló muy rápido, de tal suerte que en las apuestas de predictit.org Trump tiene hoy una probabilidad del 60% de ser el candidato republicano, mientras que DeSantis está en un lejano 25% de posibilidades.

Las estrellas se están alineando para tener, de nuevo, una competencia Biden versus Trump en 2024. Presidente versus expresidente. Un hombre blanco que en ese momento tendrá 81 años de edad versus otro hombre blanco que tendrá 77.

Algo está mal en la política de Estados Unidos. La edad promedio de este país es de 39 años, se trata de una sociedad racialmente cada vez más diversa y donde el 50.5% de la población es mujer. Sin embargo, los dos posibles contendientes a la Presidencia son idénticos en género, edad y color de piel.

¿Por qué la falta de liderazgos más jóvenes y diversos?

¿Dónde quedó esa nación que eligió en 2008 a Barack Obama como el primer presidente afroamericano, en ese momento de 47 años de edad?

Si la contienda presidencial en 2024 en Estados Unidos es, efectivamente, entre Biden y Trump, el primero tiene un 60% de probabilidad de reelegirse, mientras que el segundo cuenta con un 40% de arrebatarle la Casa Blanca. En última instancia, me parece que por eso se está lanzando Biden a la reelección. Hoy figura como el único candidato demócrata que puede impedir el regreso de Trump al poder.

           Twitter: @leozuckermann

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