Varias similitudes entre los pescadores caiçaras de Brasil y los cucapá de México, puso de relieve la Dra. Berenice Morales Aguilar durante la conferencia mensual Iraís Piñón transmitida este miércoles 21 de octubre por el Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.

En su disertación, la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México estableció algunos símiles sociales que ambos pueblos originarios enfrentan en sus respectivos países en su lucha por hacer prevalecer sus costumbres y tradiciones, pero sobre todo sus derechos comunitarios.

En la charla participó también Mónica Gonzales Portillo, hija de Onésimo González Sáenz, jefe cucapá durante 53 años, y quien actualmente es activista de su comunidad por los derechos a ejercer la pesca, mientras que la sesión fue moderada por Oswaldo Cuadra, coordinador del Programa de Pueblos Originarios y Comunidades del Cecut.

Luego de ubicar los territorios que ambos pueblos de pescadores habitan y su importancia en términos de biodiversidad en cada uno de sus países, la Dra. Morales Aguilar apuntó que “de los 46 países que conforman Latinoamérica y el Caribe, tanto Brasil como México tienen el mayor número de especies endémicas de plantas y animales”.

Al existir estas zonas de megadiversidad biológica, los gobiernos se ven obligados a desarrollar políticas de conservación mediante la declaración de reservas de la biosfera y áreas naturales protegidas, pero “también son países que tiene muchas comunidades tradicionales”, lo que hace que la búsqueda de conservación afecte de muchas maneras a los asentamientos humanos, aseguró la conferencista.

“Como parte de los grupos yumanos, los cucapá forman parte de una antigua tradición indígena de cazadores-recolectores-pescadores en Baja California, que han resistido cuatro procesos históricos de despojo de su territorio”, sostuvo Morales Aguilar antes de señalar que actualmente rige la prohibición de pescar en lo que antes era su territorio.

El establecimiento de la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California y el Delta del Rio Colorado en 1993 afectó notablemente la posibilidad de supervivencia de este pueblo al decretar la prohibición de la pesca en la zona, sentenció la Dra. Morales al explicar que esa decisión “ha acarreado innumerables problemas sociales y económicos a esta comunidad de pescadores”, quienes no afectan a las especies en extinción dado que consumen sólo la especie curvina golfina.

El caso de los caiçaras en Vila de Aventureiro, Rio de Janeiro, Brasil, tiene un gran parecido con los bajacalifornianos en materia de conflicto con las autoridades, pues “se ha restringido la presencia humana en su territorio, la extracción de recursos naturales, la construcción de casas y la apertura de caminos, todo lo cual facilitaría el comercio para los habitantes de la región que ocupan”, explicó la investigadora.

Desde tiempos ancestrales los cucapá han pescado en el Alto Golfo de California, pero en la actualidad es una zona vedada.

Parte del conflicto que enfrentan ambas comunidades de pescadores es que se les ha estigmatizado y tanto a los cucapá como a los caiçaras se les presenta “como depredadores del medio ambiente y se les ha cuestionado su genuina pertenencia a los pueblos originarios, ya que se han romantizado sus características y se espera que no usen tecnología o embarcaciones modernas en su labor pesquera”, abundó la antropóloga.

“Las miradas cruzadas de estos pescadores, que pueden ser diferentes y tan lejanos, revelan sin embargo que tienen mucho en común, como, por ejemplo, el patrimonio cultural”, aseguró la profesora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), quien convivió durante varios meses con estas dos comunidades para la elaboración de su tesis doctoral.

Mónica Gonzales Portillo, la primera mujer en presidir la Sociedad Cooperativa Pueblo Indígena Cucapá, que opera la pesca en el Delta del Río Colorado y el Mar de Cortés, en su alocución planteó una solicitud al gobierno de Baja California para la reconstrucción de un bordo de acceso a la pesca en el Alto Golfo de California, ya que una infraestructura firme es necesaria para su comunidad.

Los caiçaras son también un pueblo de pescadores-recolectores.

“Estamos conscientes de que nuestros ancestros ocuparon este territorio y lo queremos seguir ocupando, así como nuestros lugares sagrados”, afirmó la lideresa cucapá, quien ha sido propuesta para dirigir el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

“Visibilizar esta situación nos ayuda a nosotros para que a los gobernantes les quede más claro el por qué los pueblos indígenas existimos y ocupamos estos territorios, que también son parte de nuestra manera de vida”, finalizó.

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