En muchas ocasiones, cuando nos referimos a las relaciones de pareja (noviazgos y/o matrimonios), el nombre del juego se llama “ceder y conceder”. Sin embargo, hombres y mujeres frecuentemente se preguntan a sí mismos qué tanto deben flexibilizarse frente a la persona que aman para darle gusto para que ésta se sienta cómod@, llevar la situación sobre aguas calmadas y que todo esto no implique poner en juego la dignidad y caer en la dolorosa humillación.

Por principio de cuentas hay que considerar que cuando tomamos la decisión de involucrarnos en una relación de pareja, siempre habrá puntos de coincidencia y puntos de disidencia. Es imposible encontrar en este mundo (y muy seguramente en el Universo, se los puedo apostar) a una persona con la cual podamos estar de acuerdo en absolutamente todo. Así que, bajo esta premisa, no nos queda más remedio que hacer acopio de respeto, tolerancia y paciencia. Quien sienta y piense que al interior de un noviazgo o un matrimonio todo es “color de rosa” seguramente ha vivido toda su vida en una isla desierta.

Lo importante es tener capacidad de diálogo y comunicación (y también de entendimiento, claro está). Tenemos que partir de un punto elemental en el que debemos sensibilizarnos y aceptar que las necesidades de hombres y mujeres son prácticamente como el agua y el aceite, pero eso no significa que estamos condenados a vivir en la total incomprensión mutua por el resto de nuestras vidas. Si en tu existencia cuentas con alguien (tu novi@ o tu espos@) a quien amar, obviamente ese sentimiento surgió y creció gracias a que ambos tienen más cosas en común que puntos de divergencia. ¿O me equivoco?

Pero (sí, aquí viene el famosísimo e incomodísimo “pero”), hay que tener mucho cuidado en nuestra forma de pedir porque ésta puede llegar a convertirse en “manera de presionar” y es aquí donde todo podría complicarse. ¿Por qué? Porque si podemos ser lo suficientemente sensatos y comprensivos, JAMÁS pondremos a nuestra pareja en una posición en la que hagamos sentirle que se está sintiendo forzad@ a hacer algo contra su voluntad.

Y lo anterior aplica en todas las facetas de una relación de pareja. Puede ir desde una práctica sexual que a nuestr@ novi@ o espos@ le incomoda o le disgusta a una cuestión insignificante como forzarl@ a que nos acompañe los sábados al boliche con nuestros amigotes o que nos tenga que ayudar “a chaleco” a cuidar a los sobrinitos el fin de semana, aunque no le gusten los niños. Capisci?

¿O qué les parecería pedirle a su mujercita que les realice un sensual striptease a la penumbra de la recámara, mientras suenan los seductores acordes de una pieza instrumental de saxofón, aun cuando una y otra vez ella ha manifestado que siente que para bailar tiene la gracia de un elefante con hemorroides y que al día siguiente ella (ya sea “en pago” o “en venganza”) les pida que la acompañen a la casa de la abuelita para limpiar y sacudir su gigantesca colección de ranas de porcelana mientras su gato Chichí se pasea por en medio de sus piernas llenándoles de pelos felinos sus pantalones favoritos? ¿Verdad que ambos casos suenan a tortura y a humillación? Por eso, jamás pierdan de vista la importancia de respetar integralmente a su pareja hasta en lo más mínimo, porque eso puede ser la diferencia de seguir o romper. Se los digo en serio.

 Y no olviden que todos los sábados los espero en punto de las 23:00 horas, en su programa Exclusivo para hombres, que se transmite por Telefórmula (121 de Cablevisión y 121 de Sky).

Alan Harper: cero dignidad

No existe ni existirá en este Universo (aunque se trate de un personaje ficticio), un ser tan huérfano de dignidad como Alan Harper, quien es interpretado por el actor Jon Cryer en la exitosa serie de comedia Two and a half men, la cual es producto del genio de Chuck Lorre. Desde su primera temporada (2003), hasta la más reciente, la undécima, que se estrenó hace apenas un par de semanas, cuando imaginamos que este patético individuo ya no puede caer más bajo, siempre tiene un as bajo la manga para demostrarnos su adicción al bullying al que lo han sometido sistemáticamente su mamá, su hermano muerto, su hijo, su sirvienta, su ex mujer, su nuevo arrendador… ¡todos!

Vía Facebook

  • Carlos Fabián Fontes. “Hasta ningún lado. Nada se logra ni se logrará haciendo ridiculeces”.
  • Karina Álvarez. “La madurez es parte de la inteligencia emocional. Amar a alguien no significa que se deba perder el juicio o el senti- do común de la dignidad. Lamentablemente está de moda hacer ridículos públicos para ‘demostrar’ que se ama al otro”.
  • César Pineda Dosal. “En una relación madura debe existir por ambas partes capacidad de ‘negociación’ para que uno le conceda al otro determinadas cosas sin que esto afecte su individualidad o amor propio… creol”.
  • Jorge Padilla Bermúdez. “Estas situaciones en ocasiones se vuelven un pozo sin fondo”.

Consultorio NO sexual

Pregunta: en mi matrimonio a veces siento que mi mujer me chantajea para que yo haga cosas que a mí no me agradan (como ir a casa de sus tías, lo cual no soporto, son de lo más aburridas y anticuadas) y cuando no las hago me parece que me pasa factura, lo cual, creo, no está bien. Bernardo Nolasco (México, Distrito Federal)

Respuesta: en una relación de pareja deben existir acuerdos y balances, éstos tienen que ver indudablemente con la capacidad de “negociación” que ambos muestren al momento de dialogar. Sin embargo, me parece que estás exagerando la situación, porque a final de cuentas cuando alguien tiene una esposa debe contemplar que en ciertas ocasiones deberá darse la convivencia con su familia

¿Qué escuchar?

Déjame volver contigo. DULCE, 1983 Compuesto por Rafael Pérez Botija, este tema incluido en el séptimo disco de esta exitosa intérprete tamaulipeca, titulado Heridas, ejemplifica perfectamente la sumisión a la que puede llegar una mujer. Deprimente.

¿Qué leer?

No te detengas 2012

Escrito por Ana Terán, este libro es el testimonio de la modelo mexicana Martha Cristiana respecto a la complicadísima relación que vivió son su padre, quien desde que ella nació siempre la consideró un “proyecto” a realizar. Reflexivo.

¿Qué ver?

Réquiem por un sueño 2000 Obra maestra del cine de culto del director Darren Aronofsky, en la que Jennifer Connelly le da vida a Marion, una chica adicta quien termina perdiendo su dignidad para conseguir droga para ella y su novio Harry (Jared Leto). Estrujante.

Para reír

Después de un par de meses de no coincidir
en ningún lado, Jorge y Martín se encuentran en la barra de un bar:

—¡Qué onda contigo, Jorge! ¿Cómo has estado?

—Todo bien, amigo, todo bien… —Oye, ¿y qué pasó con esa novia rara que tenías?

—¿Cuál, la zombi?
—¡Sí, ésa! La que tenía
el rostro verdoso y sin piernas…

—Terminamos

.
—¿Pero por qué?

—Por arrastrada.

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Incursionó desde muy joven en la televisión. Comenzó su carrera en Canal 11, para ser invitada por Ricardo Rocha al Canal de Las Estrellas, ahí´í se convirtió en la primera periodista en hablar de temas sexuales en el Programa "En Vivo".Con su columna "La Política me da Risa", en el periódico El Universal, revolucionó la forma en la que vemos y analizamos la política en el país.Fue ella la primera en realizar atrevidas entrevistas a diversas figuras de la política nacional con "Entrevistas Osadas".Ha recibido diversos premios y reconocimientos como la Mujer del AÑO 2009 y 2010 por la Cámara Nacional de La Mujer, además de haber sido reconocida por el Gobierno Federal por su trayectoria periodística..Desde hace dos años se erigió como la abogada de los hombres y publica para ellos su libro "Exclusivo para Hombres" de Editorial Grijalbo, convirtiéndose en menos de un año en Best Seller.

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