A pesar de los avances sociales y económicos en las dos últimas décadas, América Latina sigue siendo la región más desigual y más insegura del mundo. En el caso de México, el Banco Mundial publicó en 2012, un informe en el cual planteó importantes retos sobre el impacto de los contextos de violencia en los jóvenes. En particular, el informe destacó los actos delictivos y de violencia en los estados de Chihuahua, Sinaloa, Estado de México, Baja California y Guerrero.

Estos datos y el hecho de que la juventud representa más del 33% de la población nacional, ponen de relieve la necesidad de potenciar e implementar acciones enfocadas a modificar los contextos caracterizados por la violencia desde un enfoque práctico de la seguridad ciudadana, como un medio para la construcción de espacios que promuevan el pleno desarrollo de las personas.

“Inseguridad, adicciones, falta de cuidado de los espacios, personas ociosas sin nada qué hacer, junto con la falta de interés de darle solución a los problemas que veíamos” son los problemas que enfrentaba Ángel Yared Escamilla, una joven de 18 años que vive en la colonia Nueva Tijuana en el municipio de Tijuana, Baja California en el norte del país.

De acuerdo al Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014 «Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina», los y las jóvenes son identificados como el grupo prioritario de las políticas públicas de seguridad. Y estas políticas deben partir de diagnósticos y procesos de planeación que consideren los contextos socioeconómicos a nivel local, la plena participación de este grupo en todos los procesos de las políticas, y sus aspiraciones y límites vinculados a la promoción de su pleno desarrollo.

“Yo veía en mi comunidad una apatía en general para realizar cualquier actividad, también  los jóvenes que participábamos nos comportábamos apáticos ante cualquier actividad. No teníamos la motivación de otras personas, ni apoyo, porque si queríamos realizar algo solo se quedaba en ideas, no buscábamos la manera de realizarlas, pues creíamos que a nadie le importaría” explica Ángel Yared de la situación previa al arranque del proyecto de “Promoción de la Seguridad Ciudadana en los municipios de Ciudad Juárez, Tijuana y Culiacán” del PNUD.

A través del proyecto, el PNUD busca contribuir al proceso de construcción de ciudadanía de los y las jóvenes a través del fortalecimiento de sus capacidades y la generación de espacios de participación ciudadana en 3 municipios del país: Ciudad Juárez (Chihuahua), Culiacán (Sinaloa) y Tijuana (Baja California), que faciliten la generación de propuestas en materia de seguridad ciudadana, contribuyendo así a mejorar el ámbito comunitario.

“Nunca antes habíamos escuchado del concepto de seguridad ciudadana y tampoco del PNUD” dice Ángel Yared, quien se unió al grupo de Jóvenes por una Nueva Tijuana en septiembre de 2013, fecha en que fue lanzada la convocatoria del proyecto por parte de la OSC Centro de Investigación y Desarrollo del Noroeste (CIDEN A.C.),  quien funge como socia en la implementación de esta iniciativa en el municipio.

De acuerdo al Informe Regional del PNUD, los programas de prevención dirigidos a poblaciones jóvenes en situación de vulnerabilidad deben fomentar la ampliación de sus capacidades y oportunidades para alcanzar sus metas a través de medios lícitos.  “Me sorprendí mucho con el proyecto, porque en un principio creí que muchos no notarían el trabajo que hacíamos, pero una vez que finalizó, los vecinos, amigos y otros me seguían preguntando que cuándo realizaríamos más actividades, impulsándome a seguir trabajando a favor de mi colonia” cuenta Yared.

Las y los jóvenes que participaron en el proyecto fueron formados  en temas de seguridad ciudadana, cultura de paz y no violencia, contraloría y monitoreo social y adquirieron habilidades prácticas para el  desarrollo de diagnósticos y planeación participativas a nivel local. A partir de los resultados de la evaluación comunitaria, el grupo de jóvenes construyó un Plan de Acción Juvenil en materia de seguridad ciudadana, compuesto por acciones que implementadas por ellos mismos y recomendaciones de política pública dirigidas al gobierno municipal.

El Plan de Acción Juvenil identificó como problemática el consumo de sustancias entre jóvenes y adultos en la colonia, derivado de  la falta de integración familiar y espacios y actividades donde los y las jóvenes pudieran realizar actividades recreativas, artísticas o deportivas. En consecuencia, el grupo de jóvenes diseñó e impulsó actividades deportivas y culturales en la colonia, talleres sobre prevención de adicciones con jóvenes y adultos y la rehabilitación de un espacio público abandonado, en coordinación con la regiduría del ayuntamiento, convirtiéndolo en área de juegos.

Ángel Yared: “Los vecinos al ver que un pequeño grupo de jóvenes logró unirse, capacitarse y realizar actividades en beneficio de la colonia y los niños, se impulsaron y motivaron para que los otros vecinos que vivían alrededor del espacio rescatado se unieran para conservarlo”.

Para el PNUD es prioritaria la expansión de las oportunidades de las y los jóvenes para la construcción de un proyecto de vida -sustentado en la legalidad- del cual se sientan parte.

A través de los Planes de Acción Juvenil el grupo de jóvenes de la colonia, emitió y presentó recomendaciones de política pública hacia el gobierno local vinculadas a la formación de policías en seguridad ciudadana y perspectiva de juventudes; el establecimiento de actividades deportivas y culturales en la colonia; y la mejora y mantenimiento del alumbrado público. Las recomendaciones y visiones de este grupo fueron presentadas  por los propios jóvenes en los procesos de consulta para la elaboración del Plan Municipal de Desarrollo, ampliando así su influencia y espacios de participación e incidencia.

Derivado de las acciones iniciales del proyecto, los padres de familia de las y los jóvenes de la comunidad se sintieron impulsados para rehabilitar el centro comunitario en la colonia  Roberto de la Madrid y dirigirlo, dándoles a sus habitantes un espacio para ocupar tiempos libres, desarrollar actividades recreativas y vocacionales, así como brindar asesorías psicológicas y jurídicas.

Ángel Yared explica que a partir del proyecto, las y los jóvenes que participaron aprendieron a establecerse metas y planear cómo lograrlas: “La mayoría seguimos participando, nos integramos a un centro comunitario (en la colonia Roberto de la Madrid), apoyando en las actividades del centro, tenemos planeado en las próximas semanas, invitar a más jóvenes a sumarse y compartirles nuestros conocimientos y experiencias con el apoyo de la OSC CIDEN, con la finalidad de multiplicar las buenas acciones y que cada vez seamos más trabajando por la colonia y las colonias cercanas”.

Para el PNUD esta iniciativa constituye un punto de partida para la generación de experiencias locales en materia de seguridad ciudadana dirigidas por y para jóvenes. La construcción de ciudadanía y el fortalecimiento de capacidades en este grupo, la generación de acciones que contribuyen a la reconstrucción del tejido social comunitario y de articulaciones con actores clave de gobiernos locales y sociedad civil para el desarrollo de iniciativas de seguridad representan los principales logros alcanzados.

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